miércoles, 2 de febrero de 2011

El derecho a disfrutar del arte



Graciela Schmilchuk historiadora del arte de México hablando de los museos y de la necesidad que tienen de hacer exposiciones educativas para incorporar a más personas en el interés por el arte, nos dice:

"Nuestra relación con el arte y los museos no es, sino en última instancia, una cuestión de gusto o sensibilidad individual. Se trata más bien de las posibilidades, o falta de ellas, que hemos tenido de explorar, obetener conocimientos, valorar y adquirir hábitos de disfrute de la "alta cultura" a la que hoy se dedica la mayoría de los museos."



Ir al museo debe ser un entretenimiento, una aventura, el placer de descubrir, el gozo de mirar, y si la gente que trabaja en los museos tiene esto en cuenta, en que niños y jòvenes visitarán el museo, pueden pensar en realizar exposiciones que ofrezcan esta posibilidad a los niños.

Dice Graciela: No es un deber ni una virtud ser aficionado al arte, a la historia o a la ciencia, porque eso no es un valor en sí mismo; ya vimos que en otras etapas históricas del país era mejor visto el gusto por el arte popular o la pintura mural. Pero lo indudable es que todos tenemos derecho a obtener conocimientos y experiencias —a una "alfabetización cultural más completa"— para abrirnos camino a la familiaridad y disfrute de ciertos objetos culturales. Por ejemplo, los conocimientos brindados por la escuela, los medios masivos y los museos, combinados con las costumbres y tradiciones culturales de la familia de cada quien —más o menos cercanas a alguna de las artes— darán como resultado distintos grados de afición al arte. Tales hábitos favorecen un mayor desarrollo de la personalidad, de la sensibilidad y la capacidad de reflexionar.


Hay una parte fundamental que corresponde a los museos: que todo el equipo trabaje a conciencia para ampliar el tipo de visitantes, de rienda suelta a la imaginación y emplee tiempo, energía y dinero para idear programas de exposiciones y educativos que interesen a muchos. El Museo Nacional de Culturas Populares lo logra, por los temas que aborda, las originales museografías y formas de difusión que suele inventar. Las actividades educativas y espacios lúdicos del Museo Nacional de Arte, del Museo Universitario de Ciencias y Arte, de los museos Rufino Tamayo y de San Carlos, en el Distrito Federal, son algunos ejemplos.

¿Y nuestros museos están trabajando pensando en los niños y en esa enorme cantidad de gente que nunca ha entrado a un museo porque le parece que no es para él, que eso pertenece a otros?
La invitación a visitar los museos no ayudaría a que desaparezcan los conceptos de nosotros y los otros en nuestro país.
Hay que motivar a los niños en los colegios antes de visitar los museos, invitarlos a explorar un mundo desconocido y hermoso que se ofrece para todos.

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