martes, 10 de agosto de 2010

Imaginación y lectura


¿Pero qué tiene que ver la imaginación con la lectura? se preguntarán ustedes. Mucho, en verdad, mucho. En un famoso discurso, el doctor José Sarukhán, uno de nuestros más eminentes biólogos, aseguró que corríamos mucho más peligro dejando de leer que dejando de producir libros (aunque esto último condujera a lo primero). Trataba de señalar que a pesar de que tuviéramos todos los libros del mundo, el peligro radicaba en no leerlos, y afirmo que estaba demostrado que leer era el mejor ejercicio para el cerebro. Yo he parodiado muchas veces esta afirmación, diciendo que el exrector de la Universidad Nacional dice que leer es como poner a las neuronas a hacer aerobics. Más allá de la broma, creo que es una afirmación trascendente, de la que podríamos concluir que un grupo de lectores ejercita sus facultades cerebrales mucho más que uno de no lectores. Entre estas facultades, me parece, la de “imaginar” ocupa un lugar predominante. Quien lee está mucho más capacitado para imaginar su mundo que quien no lee. La lectura lleva a los individuos, hombres o mujeres, a imaginar soluciones a sus problemas. Vamos, los lectores son más creativos que los no lectores. La expresión “soluciones imaginativas” se refiere precisamente a esto, a la necesidad de imaginar nuevas respuestas para viejos problemas. Sealtiel Alatriste


1 comentario:

  1. "nuevas respuestas para viejos problemas". no está nada mal la propuesta. Es cierto que los problemas son siempre los mismos, con variantes y matices y las lecturas también. Las adaptamos como nos parece, las damos vuelta, las pensamos y repensamos.
    El asunto es no olvidarlas, auque siempre queda el recurso de volver a ellas.

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