lunes, 27 de febrero de 2012

Hugo en 3D


Hoy la hemos visto en la versión 3D. Una hermosa película. Inolvidable. Un homenaje al cine ,acá una entrevista a su director Scorsesse.

jueves, 23 de febrero de 2012

Es suficiente lo que poseo




Es suficiente lo que poseo

Los colores del universo
La tranquilidad de la tarde
Ese pájaro que canta detenido en el camino
Los árboles y su sombra
Y mi casa que me abraza y me detiene
Que va mostrando, pétalos amarillos de la vida que se estira para mí.

El pájaro de fuego



Tu pajarera de ruiseñores,
Tu formidable caja musical.
Rubén Darío



Está preso el pájaro de fuego, debo decírselos
Mustio, encorvado, parece un pájaro cualquiera
La jaula ha sido construida de manera tal
Que no puede extender sus plumas doradas y rojas
Ni batir sus alas hasta abrasarse
Oí su grito en la montaña y fue así que llegué hasta él
Hablaba de un mundo que existe más allá del más allá, lejos
Me conmueve su mirada honda de águila
En la que puedo leer paisajes de un reino cercano al sol
Han atado sus alas
Cortado sus uñas negras
El pico azul lo tiene gastado de tanto pretender abrir de par en par
La puerta que lo detiene
Está preso y herido el pájaro de fuego, sépanlo todos
Al caer la tarde me ha contado sus sueños
Sueña que está destinado a resucitar tras su muerte
Aparecer más brillante que nunca engalanado y joven
Envuelto en fragancias
Tiene incrustada en el alma
La imagen de sí mismo atravesando los cielos
Siendo relámpago, flor de fuego
Flecha viviente y veloz
Una llama que vuela y canta
Un ala encendida
Un trozo de eternidad
¿No ven ustedes el ceniciento cielo?
¿Las nubes que lloran reclamándolo?
¿Esa tormenta perpetua que aniquila los campos
y desborda los ríos ?
De duelo el sol
Oculto, encorvado y mustio como el pájaro de fuego
Que aún canta como un cisne que agoniza
Tras la montaña en lo oscuro
Abran todas las pajareras del mundo
Convoquen a pájaros azules y violetas
A los cuervos, a las alondras, a las garzas, a los loros,
Llamen a la aurora, sacudan sus hombros aún desnudos
Pídanle que envíe un solo rayo de sol
Solo uno
Que con su contacto terminará el encantamiento
y alejará la desventura
Que nos devuelvan tan precioso tesoro
¿Cómo poder vivir sin ese talismán
que despierta al universo
arde en música y comunica la esperanza?
Pidamos al pájaro de fuego
que haga crujir su corazón
que lo caliente
que lo encienda en inflamado deseo
para que explote en vida
y retome su cósmico destino
Apresúrense, no pierdan tiempo
¿No ansían como yo
ver desplegado su resplandeciente plumaje
la soberbia poesía de su anuncio
su luz y su canto bajo los vientos,
su alegría de ir siendo ibis de fuego
golondrina escarlata, paloma ígnea,
sangriento ruiseñor de las alturas?





Un TED inspirador

Bunker Roy: Lecciones de un movimiento de descalzos

Música de José Alfonso

Mi amiga M. Teresa Fernandes de Portugal me envía este cantante maravilloso que fue quien compuso el canto de la Revolución de los claveles.



Atardecer en Máncora

Mi amiga Helen Perea, fotógrafa de gran sensibilidad tomó esta foto en Máncora en donde pasó su cumpleaños. Qué regalo de la naturaleza. Siento envidia sana Helen, me hubiera gustado estar ahí.


El ciervo herido


De sangre y hierba y polvo coronado. Eielson
No una, ni dos, ni tres, metió las cuatro patas en el pantano porque venía huyendo, buscando un lugar para esconderse de quien había resuelto que sería su presa. Dio un brinco y cayó cautivo. Un fango espeso se adhirió a su piel produciéndole escozor y desesperación. Sólo le quedaba el hocico para tratar de liberarse de la sustancia que lo retenía pero sabía que si intentaba usarlo, ahí sí, estaría condenado a muerte. Llegaría el hombre con sus arcos y flechas, dispararía directo al corazón y entonces caería en ese líquido pegajoso y terrible. Desde lejos podía sentir al cazador flexionando las rodillas sobre la tierra, moverse delicado para acercarse lo más posible y evitar que huyese. Pero él no podía huir.
Entonces las nubes se volvieron negras, se oscureció de pronto el bosque. El ciervo deseó chillar o cantar pidiendo ayuda pero escogió el silencio para despistar a su enemigo. ¿De qué le servía su gracia, su belleza, la cornamenta erguida, su agilidad, haber sido algún día mensajero de los dioses?
Jamás llegó el cazador donde el ciervo y éste protegido por la oscuridad de la tarde, armado de infinita paciencia fue sacando delicadamente una a una las patas de ese barro que lo mantenía herido y luego dio un paso y luego otro, para cruzar el bosque y hallar a los otros ciervos, sus amigos.

Felicidad junto al mar



Este verano mis momentos más felices han sido a una hora muy temprana en la orilla del mar de una playa desierta en donde acompañada de alguno de mis nietos, disfrutamos del mar, de la soledad, de la naturaleza entera que nos acoge. Encontramos tesoros, una maderita, un trozo de espuma que regala el mar, palos con los que dibujamos sobre la arena. Podemos bailar sobre nosotros mismos, correr tras las aves y tumbarnos cerca al mar para durante unos instantes ser parte de la belleza de la mañana.

"Historias de cronopios y de famas"


Saber que "Historia de Cronopios y de famas" cumple cincuenta años de vida, me hace recordar mi experiencia en la cárcel de mujeres de Chorrillos en donde este pequeño libro tuvo tanto éxito.



Un verano solicité permiso para acudir una vez por semana a la cárcel de mujeres para reunirme con un grupo de internas y pasar una hora o dos interesadas en los libros y la escritura. Fue una experiencia muy rica en emociones, desde lo desagradable de ser revisada antes de entrar, colocaban un sello en mi brazo, hasta el placer al descubrir el interés que despertaban los textos en las internas. Nos reuníamos en la biblioteca, un espacio muy pequeño en absoluto desorden y durante la "clase" se producía un muy interesante intercambio de experiencias entre las peruanas con las extranjeras apodadas "turistas". Vimos un texto de Clarice Lispector, uno de Juan Rulfo, pero el que mayor impacto causó fue "Historias de Cronopios y de Famas" del argentino Julio Cortázar. A la semana de haber estado compenetradas con los cronopios y las famas vi que una de las extranjeras tenía el libro entre las manos, lo había pedido a alguno de sus parientes, y una de las peruanas, le pedía rogándole: Préssssstamelo. En muy poco tiempo las internas estaban fascinadas con la literatura y querían más cuentos, más historias. Una mañana, la biblioteca estaba clausurada, y entonces las internas en el patio crearon una pequeña aula jalando mesas y sillas para poder trabajar. Recuerdo a una de las internas recitando el poema XX de Neruda y los regalos hechos por ellas mismas que me dieron al final de mis visitas. Ellas inventaron sus propias historias y si bien no las escribieron las contaron. A partir del texto de Clarice que trataba sobre unos zapatos que sonaban, cada una contó alguna historia que les había sucedido con los zapatos. Fueron duras al juzgar a uno de los personajes de Rulfo de "Se oyen ladrar los perros". Y contaron historias de animales, de ovejas que parecían nubes, de cantos y relatos escuchados en sus pueblos.
No les pregunté porqué estaban privadas de su libertad pero ellas me contaron que sus parejas también estaban presas, que habían sigo engañadas, que eran inocentes. La mayoría estaba presa por tráfico de drogas especialmente las "turistas". Recuerdo también la conciencia del valor de la libertad que sentía cada vez que dejaba la cárcel con sus muros, rejas y llaves, y tomaba mi auto y me iba adonde quería.

En el artículo que da cuenta de este acontecimiento leo:
Historias de cronopios y de famas es uno de esos libros que enseña a "mirar la realidad con ojos nuevos". Las criaturas que lo pueblan no son necesariamente antropomorfas.
Los cronopios "son despreocupados, poéticos pero también pueden ser crueles, hacer canalladas por diversión, y en los famas uno podría ver a la gente más encasillada en una forma de ser, pero que, cada tanto, pueden ser personajes tiernos".
Cortázar veía la realidad "como algo fluido. A lo único que había que acostumbrarse, creía él, era a la sorpresa"

Cuando se publicó Historias de cronopios y de famas no existía una categoría para "colocar estas prosas breves", pero ahora se pueden considerar precursoras del género de la microficción. Cortázar "es un clásico Sus libros tienen una vitalidad inagotable.
Su obra es una especie de llamado a la libertad en general, y tal vez eso nos seduce en su literatura.

El canto de los Cronopios:
Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.

Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.


Un amor más intenso que el de Romeo y Julieta




Jane Campion: “La historia de amor entre John Keats y Fanny fue más intensa que la de Romeo y Julieta”
La directora neozelandesa Jane Campion, mundialmente famosa por “El Piano” (1993) regresa al siglo XIX británico con la sutil y bellísima “Bright Star”, biopic del poeta romántico John Keats y sus amores desgarrados con una sofisticada modista. Campion reivindica así el legado del poeta.
A Jane Campion le sientan bien las mujeres de época. Probablemente nadie, con permiso del aún activo James Ivory, domina tan bien como ella la estética popularmente conocida como “victoriana”, con sus estrictos códigos de vestuario y conducta que dan lugar a una civilización tan ordenada y atractiva como represiva e intolerante.

Campion rueda poco y casi siempre bien. La gloria le llegó con la Palma de Oro en Cannes por El piano, donde narraba el encuentro con lo “salvaje” de una remilgada señorita (Holly Hunter) que emigra desde las islas británicas hasta la ignota Nueva Zelanda. Ahora, en la extraordinaria “Bright Star”, reincide en la misma época y en el protagonismo femenino para explicar una historia de amor igualmente apasionada y turbulenta, aunque de muy distinto signo. Porque el poeta romántico John Keats, que falleció a los 25 años siendo un desconocido, no es la verdadera estrella de este filme sino Fanny (Abbie Cornish), la mujer que lo amó con locura y que se sintió su viuda hasta su muerte, décadas después que la del literato.
-¿Formó la poesía de John Keats parte de sus lecturas de juventud?

-¡En absoluto! La poesía me irritaba y frustraba. No sabía bien si simplemente se me resistía o los poetas eran crípticos para resultar inalcanzables.
-¿Cómo se produce, pues, este proyecto?

-Me subyugó la biografía de Andrew Motion sobre Keats. Fue una revelación que me lanzó a hacer la película. Mucho más cuando después leí toda la obra del poeta. Al final, me encontré con los ojos rojos leyendo las cartas a Fanny Brawne.
Toda la obra de Jane Campion se construye a partir de un panteón de heroínas inmersas en una aventura de autoconocimiento que choca contra la realidad. En Sweetie (1989) una gordita de Sidney aterroriza a su familia. En Un ángel en mi mesa (1990) narra la dolorosa llegada a la madurez de la excéntrica escritora neozelandesa Janet Frame. En Retrato de una dama (1999), con Nicole Kidman, la vieja Europa destruía a una heredera americana. Incluso en su último, y fallido filme, In The Cut (2003), narraba cómo una mujer anodina se evade a través de un erotismo extremo.
-¿Por qué explica la película desde el punto de vista de Fanny y no de Keats?
-Fanny es una heroína desconocida del siglo XIX. Para el círculo de Keats, era una fashion victim que se cosía sus complicados modelos. Sin embargo, con sólo 18 años, era toda verdad, justicia, inocencia y sufrimiento. Ella cambió la poesía de Keats. Su historia de amor en Hampstead duró tan sólo dos años pero fue más intensa que la de Romeo y Julieta. Se comprometieron en matrimonio en secreto en 1819, pero jamás pudieron celebrarlo. Él murió al año siguiente en Roma de tuberculosis, donde creyó poder curarse. Su último poema fue Para Fanny.
-La jovencísima actriz Abbie Cornish carga con el peso dramático de la historia.

-Abbie me propuso muchas ideas, hizo a Fanny absolutamente suya. Fue Fanny, con sus subidas y caídas emocionales. Estuvo llorando varios días tras leer el guión. Se enamoró de ella. Recuerdo lo deliciosa y vívida que resultaba cuando tenía que ser ridícula.
-Ben Whishaw como Keats está espléndido.
-Todo el mundo me hablaba de su Hamlet para el Old Vic, que no vi. Me pareció que su belleza era felina. No tenía el color de pelo adecuado, pero no quise que se lo cambiara. Ben no conocía prácticamente nada de Keats cuando hablamos. De hecho, manifestó ciertos prejuicios para interpretar a un poeta romántico. Sólo después de leer sus escritos y vida, con el lujo y la sensibilidad de su escritura, se enamoró del poeta. No tuve que convencerle. Cuando Keats, de 23 años, conoció a Fanny, de 18, en el otoño de 1818, comenzó una gran historia de amor. Eran vecinos de Hampstead, al Norte de Londres. Ella era sobrina del dandy Beau Brummel, quien quizá le contagió la obsesión por la moda que el círculo de Keats confundió con frivolidad. El poeta no guardó las cartas de Fanny, ella sí lo hizo: las 37 que le envió, de una luminosa belleza, son testigo de su pasión.
-¿De dónde proviene el título para la película?

-De un poema de amor que le escribió en la primera página de un libro compilatorio de las obras de Shakespeare.
-Muchos de los que les rodeaban querían separarles. Ella era rica y él no tenía medios económicos, vivía con un amigo y protector del que dependía…
-Sí, pero cuando se prometieron en secreto y él le otorgó el anillo de su madre, ambos se enamoraron. Siguió una larga separación cuando él fue a la Isla de Wight a escribir. Su primer libro de poemas había vendido muy poco. Anhelaba fervientemente que el próximo les permitiera el matrimonio. No fue así. Cuando regresó a Hampstead contrajo la tuberculosis. Las hemorragias de sangre continuaron y los médicos pensaron que la frustración de su amor podría haber contribuido a su empeoramiento. Pensaron que Italia lo mejoraría.
-…Nunca se volvieron a ver.
-Bueno, él dejó de escribirla aterrorizado por haberla perdido. Las que ella le envió no se conocen: Keats quiso ser enterrado con ellas sin ser abiertas.
-¿Qué fue de Fanny?
-Guardó luto durante tres años. Se casó a los 33 y tuvo tres hijos. Vivió hasta muy mayor. Durante toda su vida llevó el anillo de Keats. Quince años después de su muerte, sus descendientes publicaron las cartas. Para muchos, fue un sacrilegio por la intimidad y la pasión que incluían. Pero Keats sigue siendo un mito. Porque aquellas cartas, poemas, odas y la historia de amor puede ser entendida en todo momento. El poeta murió enfermo creyendo que no sería recordado. Pero cada nueva generación redescubre su poesía y le vuelve a amar.

Publicado el 03/09/2010 en El Cultural

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martes, 21 de febrero de 2012

Bansky

Hay una forma de ver qué post del blog que uno hace es el más visitado y curiosamente el que habla de Bansky, el rey británico de los graffitis tiene una votación realmente importante. Acá añado algo más de su obra.








jueves, 16 de febrero de 2012

Día de los enamorados en Miraflores






Esta semana, el 14, se celebró el día de los enamorados. Las calles se volvieron un hormiguero de gente, especialmente jóvenes que salían a pasear, a decirle a los demás que se amaban, que estaban felices, que habían encontrado su alma gemela, su mitad añorada tanto tiempo. Estuvimos en el Parque Salazar sentados en una banca viendo la fiesta que había organizado San Valentín. Mujeres que caminaban felices con una rosa en la mano, un globo que decía TE AMO, un osito de peluche. Muchos se besaban a sus anchas sin importarles que los demás vieran sus caricias. Como también era el día de la amistad, caminaban familias enteras, grupos de muchachos, chicas que salían de su oficina y estaban ahí para mirar el mar y soñar. Restaurantes de todo tipo estaban listos para recibir a las parejas. Larco mar bullía. El tráfico era de locos. La calle estaba viva.

Acá cuelgo una foto de mis papis cuando eran muy jovencitos, estaban en Paris, claro que enamorados y participaban de un concurso de baile con un limón en la frente.La pareja que duraba más recibía un premio.

Soy hija de constructor

Si parto de la idea de que nada de lo que recibimos es casual debo reconocer que no soy por gusto hija de constructor. Las primeras lecciones que recibí tuvieron que ver con crear un espacio para que sea habitado.
Marcar con tiza blanca las zanjas en las que se armarían los cimientos, donde reposaría sólida y segura la casa entera.
Crecí observando el trabajo de maestros de obra, albañiles y peones, elaboraban mezclas, asentaban ladrillos. Aprendí el uso de la plomada que garantiza lo recto, el cincel que pule, los clavos que unen, el tarrajeo que recubre.
Entonces aprendí el éxito del trabajo en equipo, la paciencia, el ir añadiendo elementos, resolviendo dilemas, tomando decisiones hasta dar termino al propósito.
Entonces no es extraño que prepare mis propias mezclas, que asiente como si estuviese tejiendo uno a uno mis ladrillos o mis adobes, o mis piedras. Aun puedo trepar por escaleras hechas de maderitas enclenques con travesaños torcidos pero eficientes. Y a mi manera también armo mis techos y los recubro y les pongo una cruz y bebo para celebrar mi contento.

Tu voz que madura

Y mi voz quemadura (por Xavier Villaurrutia)



En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.

De su CD "Entre voces" Nocturnos y nostalgias y otros poemas en la voz de Alberto Dallal

El pájaro que se posa



Todorov, en su libro El jardín imperfecto, nos recuerda que los griegos distinguían dos tipos de amor: eros, o amor-pasión; y philia, o amor-alegría. En el primero, el amante quiere absorber al otro, hacerlo desaparecer en la novela de su propio yo; en el segundo, vivir en su proximidad, mantenerlo como un ser aparte. "Dios lo sabe, jamás he buscado en ti a nadie más que a ti mismo. Es únicamente a ti a quien deseaba, y no a lo que pertenecías ni a lo que representas", escribe Eloísa en una de sus cartas a Abelardo.
Eros y Psique se encuentran en la noche, sin saber quiénes son, y se aman sin llegar a verse. Para volver a encontrarse, Eros le pone a Psique una condición: no pueden verse, ni preguntarse quiénes son; sus encuentros sólo pueden tener lugar en la oscuridad de su cueva. La muchacha acepta resignada, pero muy pronto comprueba lo difícil que es cumplir esa promesa, pues cuanto más ama a Eros más desea verlo (y en griego la palabra ver y la palabra idea tienen la misma raíz, como si el pensamiento fuera una forma de visión). Y una noche Psique esconde entre sus vestidos una lámpara. Espera a que su amante esté dormido y la enciende para contemplarle. Pero la llama calienta el aceite y, en un descuido, una gota cae sobre la piel de Eros que, al despertarse, la descubre mirándole. Implacable, la castiga, apartándose de su lado. Psique enloquece de amor, y los dioses se apiadan de ella y la transforman en una mariposa.
Sólo deseo lo que tengo. Así se resume el amor-alegría. Pero el amor-pasión quiere lo que no tiene
Al amar no sacrificamos nuestro ser, sino que lo realizamos
Eros y Psique representan los dos tipos de amor de que hablaban los griegos. El amor que pide la fusión completa con lo amado; y el amor que se conforma con su vecindad. En el primero, es el yo que desea lo que importa; en el segundo, lo que importa es el tú. A Eros le bastan con sus encuentros ardientes en la oscura cueva de deseo; Psique está encantada con esos encuentros, pero también quiere tener lo que ama al despertarse por la mañana. El primero se pregunta por lo que quiere, el segundo por lo que encuentra. Uno quiere perder por completo la razón; la otra encontrar ese tipo de razón que sabe pedir a la vida lo que ésta te puede dar.
El amor es embeleso, fascinación, hechizo, pero también deseo de conocimiento. Al amante no le basta con tener en sus brazos a aquel o aquella que ama, sino que quiere conocer su nombre, entrar en ese jardín que a partir de entonces será su morada en la tierra. Recuerda a Calixto, cuando dice que Melibea es el solo dios en que cree. "Melibeo soy, en Melibea creo, a Melibea amo". Aunque, en realidad, Calixto sólo cree en él y en su propio deseo. De hecho, cuando por fin pueden encontrarse, y Melibea, dulce y solícita, le pide que no tenga tanta prisa y que no hace falta que le rompa la ropa mientras la desnuda, Calixto por toda respuesta compara su cuerpo con el de un ave, y el acto amoroso con un vulgar atracón. "Señora, el que quiere comer el ave quita primero las plumas".
Ni Melibea ni la inteligente y apasionada Eloísa fueron afortunadas con sus compañeros. Julieta sí lo fue, y eligió a un mu-chacho digno de su amor. Es ella la que pronunció la frase que a las otras les hubiera gustado pronunciar: Sólo deseo lo que tengo. Esa frase resume el amor-alegría. El amor-pasión quiere lo que no tiene, es un homenaje a la ausencia; no quiere calmarse, busca avecillas que desplumar. El amor-alegría se complace con esa avecilla que desciende, y sólo vive para conservarla a su lado. Y si el mayor bien es ese otro insustituible, su vecindad, su presencia, la búsqueda de la verdad se transforma en querer lo que es bueno para él; y el deber, en deleite. Eso nos dice el amor: que al amar no sacrificamos nuestro ser, sino que lo realizamos.
Es lo contrario a lo que pasa en la religión, donde el amor está siempre al servicio de una verdad superior. Pascal, por ejemplo, lo consideraba un defecto, incluso pedía que no se le amara, pues lo que había que amar no era a la criatura sino a su creador. Pero el amor representa ese instante en que la especie queda atrás y en que alguien deja de ser intercambiable con los demás. Y, en efecto, tal parece el amor: un hechizo, una pócima que se bebe, y que nos fija a alguien mientras dura su efecto. Todo en él es paradójico. Es caprichoso y fugitivo, pero le pedimos devoción y constancia; nos promete felicidad, y nos llena de miedo; nos da fuerzas para enfrentarnos a los mayores peligros, pero nos vuelve vulnerables y frágiles; nos hace ser dueños de alguien, y a la vez sus esclavos. Y, sin embargo, Psique quiere transformarle en un jardín, o mejor dicho: quedarse a vivir en esa ínsula extraña que descubre por servirle. Pero eso que encuentra en ese lugar encantado, ¿puede traerse al mundo?
"A partir de ahora, ¿qué será de nosotros?", tal es la pregunta de todos los amantes del mundo. El amor es el sentimiento más hondo y misterioso de cuantos pueda experimentar el hombre. Los amantes llegan de su mano a un lugar desconocido y se descubren dueños de un poder que no sabían que tenían. Un poder que no tiene que ver con el yo o con la identidad, sino con algo anterior a ellos mismos, que pertenece al dominio de la fábula: como haber alcanzado el corazón del mundo y descubrir, por ejemplo, que pueden acercarse a los pájaros. Sí, el amor es como uno de esos pájaros que se cuelan por error en las casas de los hombres. Un pájaro que en vez de huir, para regresar a su bosque, decide quedarse en ese lugar nuevo. Que vuela sobre los armarios, picotea el pan que queda en la mesa y salta sobre las colchas. Un pájaro que llega a posarse en las manos de los que se aman, que se queda a su lado sin asustarse, y que hace su nido al calor de sus cuerpos, aunque ellos nunca lleguen a saber por qué lo hace, ni lo que quiere, pero cuya contemplación y cuidado les causa felicidad.
Es lo que nos promete el amor: que será posible algo así. El amor es ese pájaro que se posa un momento en nuestro jardín imperfecto. ¿Cómo no ser feliz de que lo haga y no tener miedo al mismo tiempo de que se pueda marchar? Por eso nos hace hablar, porque todo a su lado está revestido de belleza y locura. Eso es el amor humano: preguntarnos por qué ese pájaro nos eligió a nosotros para quedarse en el mundo; y, en caso de haberse ido, dónde estará ahora y por qué no regresa. Ninguna de esas preguntas tiene respuesta. El pájaro en el jardín pertenece al mundo de la fábula; lo que dejó al marcharse, al mundo real. Y los amantes se empeñan en que esos dos reinos continúen unidos.
Gustavo Martín Garzo es escritor.



María Bethania leyendo a Pessoa

Bailábamos pegado, música del recuerdo

Le preguntaba a una amiga qué música recordaba de nuestro tiempo que servía para bailar pegado. Yo me acordé de estas tres, ella recordaba "Un hombre y una mujer" y "La coquetona en Hawai" ¿Y a ustedes qué música las hacía soñar con bailar abrazadas del chico que teníamos en nuestra mente y en nuestro corazón?







Acá está Un hombre y una mujer. Qué recuerdos!!!!

viernes, 10 de febrero de 2012

Ese pequeño punto azul pálido


La semana pasada asistí a un seminario en Dau escuela de vida que tiene a la Logoterapia como fundamento. Ahí nos pasaron este hermoso video de Carl Sagan que nos muestra la tierra, ese lugar en el que vivimos y nos hace pensar.

Como anillo al dedo





Casi todos llevamos un anillo o varios, pero quien sabe uno es el más importante, el símbolo del amor, de la promesa, de lo que nos une al pasado, a ese día en que nos lo entregaron proporcionándonos una infinita alegría. Conozco historias de anillos perdidos, valiosos anillos que ruedan y ya no están. He visto a una chica tirarle el anillo en la cara al novio tras una noche de baile y tragos y al día siguiente alguien buscándolo con desesperación sobre un mar de arena. Un aro ayacuchano que me habían regalado se fue al fondo del mar un día cuando paseábamos en un bote de remos en el Callao. Hay hombres que llevan el aro colgado al pecho a manera de medalla, quien sabe para que esté más cerca del corazón. Te mantiene atado, dice el texto que explica el origen de esta palabra. Se besa el anillo del Obispo en señal de respeto y obediencia a la Iglesia que representa. Pero la palabra también nos lleva al eclipse de sol, ese milagro que sucede algunas veces y que nos deslumbra y también a los gusanos que tienen cuerpo formado por anillos. No olvidemos el anillo de Saturno y esa frase tan linda que dice venir una cosa como anillo al dedo. El anillo también es un círculo que alude a la eternidad.

Anillo
Quizá la referencia más antigua de un anillo con una piedra engarzada sea la del que Zeus ordenó usar a Prometeo, confeccionado con el acero de los grilletes que habían mantenido al titán atado a una roca. Tras ser perdonado por Zeus, a quien había ofendido, Prometeo tenía que usar permanentemente ese anillo con el pedazo de roca engarzado, para que el dios pudiera así cumplir su promesa de mantenerlo atado a ella para siempre.
Otros anillos aparecen en el mito germánico de los nibelungos, en las más antiguas leyendas de la Mesopotamia y en las tradiciones judías, romanas y cristianas. Entre nosotros, un anillo en el dedo anular de cada cónyuge es el símbolo de la fidelidad en la unión matrimonial. En el de un obispo, expresa la autoridad del representante de Roma y su fidelidad a la Iglesia.
La palabra anillo aparece documentada por primera vez en el siglo XIII por Berceo y llegó al español procedente de la voz latina anellus ‘anillito’, diminutivo de anulus ‘anillo’, ‘sortija para el dedo o para sellar’, derivado deanus ‘anillo’ y también ‘ano’. De anulus, nuestra lengua heredó el adjetivoanular ‘con forma de anillo’, usado también para calificar los eclipses incompletos de sol, en los cuales una parte del astro permanece visible como si fuera un ‘anillo’ luminoso alrededor de la luna.
En portugués, la palabra correspondiente a anillo es anel; pero la que se formó a partir de la antigua grafía española anelo fue elo, que en la lengua de Camões significa ‘eslabón’.
De anillo se derivó el cultismo anélido, procedente del francés annélide, que denomina a los gusanos, animales cuyo cuerpo está compuesto por anillos.

Frases de Robert Browning

Frases de Robert Browning, poeta inglés.1812
El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla.
Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo.
Ama un solo día y el mundo habrá cambiado.

El que tiene siempre ante sus ojos un fin hace que todas las cosas le ayuden a conseguirlo.
Lo que ennoblece al hombre, no es un acto sino un deseo.
El hombre busca su bien a costa del mundo entero.
Nunca se juntaron el tiempo, el lugar y el amor.
La culpa la tiene sólo el tiempo. Todos los hombres se tornan buenos, pero ¡tan despacio!
El cerebro es un órgano maravilloso. Se pone a trabajar al levantarnos y no deja de funcionar hasta entrar en la oficina.
Más fácil es recomendar "ten paciencia" que tenerla.
Pensar es como vivir dos veces.
¡Quita el amor y la tierra es una tumba!

La maravilla del "Yo me acuerdo..."


Georges Perec, escrito francés publicó en 1978 un famoso libro llamado Je me souviens. Que se puede traducir por: "Yo me acuerdo". Juan Bonilla (http://www.oocities.org/es/juanbonillaweb/texto.html) tiene un hermoso artículo sobre este libro que a mi también me impresionó y que me hizo preguntar a los amigos por sus recuerdos. El asunto era fácil, tenían que apuntar en un papel la frase: Yo me acuerdo... y continuar con alguno de sus recuerdos. Se podía hacer una lista de 10 o de 6 y de esos se escogían 3 que se leían en voz alta y del que surgía un pequeño cuento. Una de mis amigas, por ejemplo nos leyó: Yo me acuerdo del día en el que mi esposo me dedicó una canción por el radio. Y claro que todas las demás amigas queríamos saber detalles, si era una fecha especial, por qué no estaban juntos, donde estaba él. Muchos de los recuerdos de mis amigos, me di pronto cuenta, tenían que ver con los sentidos, recordaban un olor, un sabor, un paisaje, una música, la suavidad de algún pequeño animal.George Perec, el escritor francés utilizaba este ejercicio más bien como una forma de retener algunos acontecimientos, personas que habían quedado atrapados en el pasado. El verdadero creador de Yo me acuerdo fue un pintor norteamericano Joe Brainard que publicó "I remember" y luego, años más tarde, "More to remember".
Perec en sus libros deja unas páginas en blanco para que el lector escriba sus propios recuerdos. Juan Bonilla puso entre otras cosas: "Me acuerdo de Underground de Emir Kusturika", "me acuerdo del mono azul que fue el primer regalo que le hice a mi sobrino", "me acuerdo de todos los años que me diste aquella noche".
Un lector anónimo puso: "Me acuerdo del primer perro que tuve, era ciego y diabético", "me acuerdo del sonido del mar por la noche", "me acuerdo de los muslos de un portero brasileño llamado Leao".
"Me acuerdo de las manos de mi madre" decía otro lector.
Acá unas de Perec:

Me acuerdo de que empecé a coleccionar cajas de cerillas y paquetes de tabaco.
Me acuerdo de la tercera clase en los trenes.
Me acuerdo de que los ciclistas tenían una cámara de repuesto enrollada en ocho alrededor de los hombros.
Me acuerdo de un queso que se llamaba “La Vaca Seria” (“La Vaca que Ríe” los llevó a juicio y ganó).
Me acuerdo del asesinato de Sharon Tate.
Me acuerdo de que la palabra “robot” es de origen checo, y de que la inventó, creo, Carel Capek.

Voy a poner aquí algunos Yo me acuerdos que recogí de los amigos y terminaré con los míos.

Yo me acuerdo del olor de la Pomarrosa.


Yo me acuerdo de las mañanas calurosas cuando iba a cosechar café.
Yo recuerdo el olor de la higuera, el sabor dulce del cacao, el aroma del campo, aroma a tierra.
Yo me acuerdo del cantar de una monjita que sonaba a llanto.
Yo me acuerdo de las salidas en un bote robado con mi amiga del alma, comiendo uvas y cantando a todo pulmón en alta mar.
Yo me acuerdo que cuando nació mi primera hija, mi madre me dijo: Esta ha sido la última noche en la que dormiste tranquila.
Yo me acuerdo del sudor de mi caballo y mis manos enmeladas en caña de azúcar.
Y acá van algunas mías: Yo me acuerdo cuando recogía hojas de otoño en Wisconsin.


Yo me acuerdo de la caja de botones de mi abuela que más tarde heredé.

Yo me acuerdo del miedo que tenía de los jurados en los exámenes finales.
Yo me acuerdo de las ganas que tenía de desmayarme en la iglesia de mi colegio.
Yo me acuerdo de los perfumes de pétalos de rosas que preparaba en mi jardín soñando conseguir una fragancia extraordinaria.
Yo me acuerdo cuando el twist llegó a Lima.
Yo me acuerdo que jugaba a los piratas en los botes de la laguna del bosque.
Yo me acuerdo del loquito Relámpago, un día se hizo pasar por gasfitero y nos engañó a todos.
¿Quisieran mandarme algunos de sus Yo me acuerdos? No saben lo feliz que me harían.




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Lake Tahoe Animation

Las animaciones cuando son especiales. Me capturan.

Perros y gatos



Encuentro este texto sobre gatos y perros y sonrío. Siempre le estoy dando vueltas a eso de los perros y gatos.
Ayer leía que todos somos arañas y moscas a la vez, entonces somos también perros y gatos.

En mi casa siempre hemos tenido perros y nunca gatos, será por eso que los gatos me cautivan. Con el tiempo les he ido perdiendo el miedo y ahora los cargo, los acaricio y gozo con su ronroneo que me dice que disfruta sintiendo el subir y bajar de mi mano sobre su lomo.


Hay un momento en donde una se pregunta si somos lo que creímos ser o si habíamos equivocado el concepto.

Puedes pasarte la mitad de tu vida sintiéndote identificada con el perro, dócil, tierno, generoso, fiel, juguetón, alegre y realmente resultar ser distante, erizado, egoísta, autista, disconforme, loco, vagabundo.

Tengo un perro Fox Terrier que ve televisión. Si no lo creen pueden venir a verlo. Tiene programas favoritos. Adora los dibujos animados, los especiales sobre animales, sigue apasionadamente los partidos de tenis. Antes de ayer ante los chillidos de un chimpancé, mi fox terrier se acercó lo más que pudo al televisor, se paró en dos patas y trató de calmar al monito.
Entonces pensé en los pensamientos de mi perro tan diferentes a los pensamientos de los gatos.
Imagino una mente de gato libidinosa, con imágenes erotizantes, amigo de brujas, el gato está siempre cercano al placer, goloso.
Y también displicente. Nunca un gato servil. Nunca se le verá mendigando favores, humillándose para conseguir algo. El gato es.

El mejor amigo del hombre me persigue y se acomoda a mis pies. Sabe que soy su ama, y cambia su incondicionalidad por la seguridad de ser amado por mi.

Borges adoraba a su gato Bepo. ¿Bepo adoraba a Borges?
 









domingo, 5 de febrero de 2012

La importancia de la mujer para Dalai Lama




Borges solo para mí

Borges recita para mí en la avenida Javier Prado en hora punta.
Bajo a San Isidro a ver a mi madre y he tenido la buena idea de llevar conmigo un CD en donde Borges lee y comenta sus poemas.(Borges por sí mismo, un libro sonoro).
A él no le importa el tráfico ni el paso de procesión de los autos en esta mañana limeña de verano que parece invierno, está muy ocupado hablando del Golem, de los sueños, de su biblioteca,
disculpa su vanidad, anuncia su muerte, dice que ese poema es el que Adolfo Bioy Casares considera el mejor,
y yo voy saboreando sus palabras y hasta me doy tiempo de escribir algunos de sus versos,
frases que me impactan que creo pueden servir de partida para iniciar un propio poema mío, o un texto reflexivo.
“El día es invisible de puro blanco”.
“Para él ha florecido la rosa”;
En las letras de rosa está la rosa y todo el Nilo en la palabra Nilo.”
“Pisan mis pies las lanzas que me buscan”.
“Hay un espejo que te aguarda en vano”.
“La victoria es de los otros”.
“Fue cegado por la muerte”.
Las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.”
Que buen compañero Borges. Su voz ya tan familiar, su vibración, sus pausas. Ha terminado el Cd unos minutos antes de terminar mi travesía, treinta poemas de Borges que durante una hora me entregó esas palabras que inspiran, acompañan, elevan, ensanchan el mundo.

Uno de sus poemas: El poema de los dones, que escribe cuando lo hacen Director de la Biblioteca Nacional y él ya está ciego.

La última de Sean Penn




Película por buscar. Si alguien la ha visto, que me cuente.

Música de Bosse

El loco de la colina

Conocí a Jesús Quintero cuando tenía un programa que se llamaba el Perro verde.
Un tipo fuera de serie, distinto, atrevido, hace lo que quiere hacer, lo que todos debiéramos imitar.
Jesús Rodríguez Quintero es un periodista, director y presentador de programas de radio y televisión español, conocido en los medios como Jesús Quintero, nacido el 18 de agosto de 1947 (64 años) en San Juan del Puerto (Huelva) en el seno de una familia obrera.
Sus programas más conocidos son: El loco de la colina; Trece noches; cuerda de presos; El gato pardo; La noche del loco; La noche de Quinteros.



No dejen de ver esta estupenda entrevista de Quinteros al tan expresivo Miguel Bossé. ( No puedo abrir el video así que endrán que hacerlo ustedes pero valdrá la pena).

http://www.rtve.es/alacarta/videos/personajes-en-el-archivo-de-rtve/miguel-bose-programa-noche-quintero-2007/690746/

Arte poética de Neruda





Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas, dotado de corazón singular y sueños funestos, precipitadamente pálido, marchito en la frente y con luto de viudo furioso por cada día de vida, ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente y de todo sonido que acojo temblando, tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría un oído que nace, una angustia indirecta, como si llegaran ladrones o fantasmas, y en una cáscara de extensión fija y profunda, como un camarero humillado, como una campana un poco ronca, como un espejo viejo, como un olor de casa sola en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios, y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores -posiblemente de otro modo aún menos melancólico-, pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho, las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio, el ruido de un día que arde con sacrificio me piden lo profético que hay en mí, con melancolía y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

Arte poética de Borges



Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua. Sentir que la vigilia es otro sueño que sueña no soñar y que la muerte que teme nuestra carne es esa muerte de cada noche, que se llama sueño. Ver en el día o en el año un símbolo de los días del hombre y de sus años, convertir el ultraje de los años en una música, un rumor y un símbolo, ver en la muerte el sueño, en el ocaso un triste oro, tal es la poesía que es inmortal y pobre. La poesía vuelve como la aurora y el ocaso. A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo; el arte debe ser como ese espejo que nos revela nuestra propia cara. Cuentan que Ulises, harto de prodigios, lloró de amor al divisar su Itaca verde y humilde. El arte es esa Itaca de verde eternidad, no de prodigios. También es como el río interminable que pasa y queda y es cristal de un mismo Heráclito inconstante, que es el mismo y es otro, como el río interminable. 1960

Hacedla florescer en el poema

Arte poética de Huidobro

Que el verso sea como una llave que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
cuanto miren los ojos creado sea, y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga, como recuerdo, en los museos;
mas no por eso tenemos menos fuerza: el vigor verdadero reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas! hacedla florecer en el poema. Sólo para nosotros viven todas las cosas bajo el sol.
El poeta es un pequeño Dios.

Tres textos de escaleras

Sobre Una Escalera de Homero Aridjis
Si pusiéramos un espejo debajo de la escalera se prolongaría en otra escalera, o nadaría en su nada.
Si cortas una escalera de humo, continuará subiendo. Si rompes una de madera, se hará dos escaleras. Si cavas una de tierra, se meterá en l anoche, o se hará igual al hombre.
La escalera que sube con dos manos se apoya en el suelo con dos pies, y la tarde violeta se va entre sus peldaños.
Lo peor de la escalera es que no sabe que es escalera; yo lo sé, como hombre que no sabe que es el hombre.
La escalera ignora cuántos peldaños tiene. Yo los cuento: 1 2 3 4 5 …………………..6 7 8 9 10. Sigue el aire.
En el mundo que circunda a la escalera hay un ruido de movimientos, pero ella es sólo una escalera.
¿Cuántas escaleras hay en el mundo, de madera, de piedra, de humo, que no llevan a ninguna parte?
El deshoy es el hoy, y el futuro es un pasado que aun no se presenta en la escalera.
La escalera, que con el poema se hizo, sin las palabras se deshizo.


Instrucciones para subir una escalera de Julio Cortázar
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

Escalera de infancia
Bajo las escaleras y todos los olores de antes llenan con aire fresco mi alma. Las paredes húmedas, la soledad, las cosas abandonadas e inútiles del depósito. La casa está vacía pero aún puedo oír los tristes huaynos de Alejandro Huaylas que tocaba por las noches cuando se sentía sólo y con frío. Su guitarra canta. Subo las escaleras y el sol hiere mis ojos para dar paso a las azoteas vecinas que esconden objetos olvidados. Desde aquí puedo mirar el bosque, las partes altas de las casas con sus ventanas prohibidas que esconden seres extraños y mudos. Veo el chirimoyo, el pacay, los paltos. La calle está desierta pero aún escucho voces que corren llamándome. Se ha detenido la vida. Ladridos de perros, pregones, pleitos ajenos y propios, cuentos lanzados al viento por las noches. Mi inocencia lo recorre todo y va creando un mundo en el que ahora me sostengo. Conozco cada peldaño, crujido y lamento. Es una delicia permanecer aquí sentada sin hacer nada, solo sintiendo, sólo oliendo, sólo mirando sin que nadie se acuerde que existo, sin que descubran que me escondo en las escaleras de mi infancia.