domingo, 13 de diciembre de 2015

Unamuno y Emily Dickinson


Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan,
 hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan,
 hay ojos que ríen -risa placentera,
 hay ojos que lloran -con llanto de pena,
 unos hacia adentro -otros hacia fuera.

Son como las flores -que cría la tierra.
 Mas tus ojos verdes, -mi eterna Teresa,
 los que están haciendo -tu mano de hierba,
 me miran, me sueñan, -me llaman, me esperan,
 me ríen rientes -risa placentera,
 me lloran llorosos -con llanto de pena,
 desde tierra adentro, -desde tierra afuera.

En tus ojos nazco, -tus ojos me crean,
 vivo yo en tus ojos -el sol de mi esfera,
 en tus ojos muero, -mi casa y vereda,
 tus ojos mi tumba, -tus ojos mi tierra.

Miguel de Unamuno.







La sortija ya no estaba

En mi dedo tenía una sortija.
 La brisa entre los árboles erraba.
 El día estaba azul, cálido, bello.
 Y me quedé dormida sobre la suave hierba.

Al despertar miré sobresaltada
 Mi mano pura en aquella tarde clara.
 La sortija entre mis dedos ya no estaba.
 Cuanto poseo ahora en este mundo

 Es sólo un recuerdo de color dorado. 


Emily Dickinson

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