Desde Lima, un relámpago de azul-cielo o azul-mar en nuestra mente o en nuestro corazón que ansían la belleza. Cuentos, poesía, música, cine, reflexiones, teatro, viajes, fotografía, entrevistas, danza y más.
jueves, 28 de junio de 2018
El Sacrificio Del Ciervo Sagrado | Trailer Oficial | Subtitulado
Anoche la vimos en el Centro cultural de la católica. Perturbadora, difícil de reconstruir la historia de esa perfecta familia del reconocido cirujano Steve(Colin Farrell) y la respetada oftalmológica Anna (Nicole Kidman), dos hijos y lujo. Tanta perfección se ve oscurecida por el nuevo amigo de Steve, Martin (Barry Keoghan) un joven huérfano de padre a quien el cirujano le adoptará y será su protegido y su peor error.
Nos mantuvo en vilo las casi dos horas y al salir tratamos de entender del todo lo que nos había contado el griego que también es director Yorgos Lanthimos,
domingo, 13 de mayo de 2018
domingo, 1 de abril de 2018
jueves, 29 de marzo de 2018
Copland's Quiet City
Aaron Coplan
(Brooklyn, EE UU, 1900 - North Tarrytown, id., 1990) Compositor y director de orquesta estadounidense, uno de los músicos más sólidos e interesantes de su patria. Nacido, como su colega y amigo Leonard Bernstein, en el seno de una familia judía de origen ruso, Copland inició su educación musical en Nueva York. En 1921 se trasladó a París, donde durante tres años recibió clases de composición de la célebre Nadia Boulanger.martes, 20 de marzo de 2018
Leila Guerriero: Frutos extraños
Una de las más reconocidas periodistas de America Latina publica una antología de sus crónicas y perfiles.
lunes, 19 de marzo de 2018
Brandi Carlile - The Story
Cantante y compositora.norteamericana. La música de Carlile ha sido calificada en varios géneros, incluyendo pop, rock, country alternativo, indie y folk
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Brandi Carlile - The Story,
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country alternativo,
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Música norteamericana,
pop,
Rock
viernes, 9 de marzo de 2018
lunes, 5 de marzo de 2018
La niña parlante
La niña parlante
No se lo había dicho a nadie. Si
lo contase podría ser muy peligroso.
Ella la había pedido para
Navidad. Quiero una muñeca que hable.
Sus amigas habían pedido varios
regalos. Si es que la muñeca conseguía
hablar, uno sería suficiente.
En su infancia todavía no habían
inventado las muñecas que se parecen a cada niña, y si bien se habían hecho
intentos para que pudiesen hablar, eran solo unas cuantas palabras que repetía
como un loro.
La muñeca parlante hablaba de
corrido. Tenía la memoria de alguien que hubiese vivido muchísimos años. Sabía
contar las historias más increíbles y crueles de todos los tiempos.
La niña la escuchaba embobada y las
historias de brujas o fantasmas, de seres endemoniados, de animales de mil patas,
ogros de un solo ojo en la frente o niños extraños con una lengua partida en
dos, con pies sin dedos o con alas de murciélago, la inquietaban y hacían que
sus noches estuviesen pobladas de seres horribles y amenazantes.
La madre no se daba cuenta de
nada. Era una mujer melancólica y romántica que pasaba sus días con la puerta
cerrada de su cuarto meditando sobre la belleza y la verdad.
La niña decidió que no debía
separarse de la muñeca parlante. Que debía saber siempre donde la dejaba, lo
que menos podía hacer era dejarla en el bosque cercano a su castillo, porque
ahí siempre había alguna niña inocente perdida y entonces si la muñeca podía
hablar, también podría caminar, y si tenía dentro de sí todas esas historias
terribles, podría pensar en hacer ella también alguna maldad y atacar a la niña
inocente haciéndole un daño que no se podría arreglar. Le costaba mucho esfuerzo mantenerse atenta,
especialmente porque dormía muy mal en las noches, tratando de protegerse de
los ruidos de barcos hundidos con esqueletos en movimiento, o de las sombras
que crecían y se deformaban.
Su padre había partido de viaje
hacía muchos años, a la guerra y todavía no había vuelto.
Durante varios días trató de
convencer a la muñeca parlante de que no contase ya esas historias, que
escuchase las que ella tenía para contar la del viaje hasta el arcoíris en
busca del tesoro, la de la coneja y la reina de corazones de Alicia en
el país de las maravillas, o la del fabuloso Peter Pan que vencía al capitán
Garfio el pirata. Era asunto imposible.
La interrumpía de inmediato, decía que ya conocía esas tontas historias y que
más bien le iba a contar aquella historia terrible de la niña robada y
descuartizada.
Lloraba sin que la viesen, y
controlaba su cuerpo que temblaba de puro susto, y disimulaba las ideas que le
iban apareciendo de querer deshacerse de la muñeca parlante, aventarla al río,
tirarla desde la ventana más alta del castillo, hipnotizarla y obligarla a
marcharse, darle algún veneno encontrado en algún recodo del bosque. Fue entonces cuando decidió no atender sus
historias, no mirarla a la cara mientras hablaba, hacerse la que no le
impactaban sus palabras, inventarse una fuerza que desconocía que tenía y
permanecer en silencio, como si algo se hubiese roto en su interior. Como la muñeca parlante era inteligente, se
dio cuenta de que la niña tramaba algo y entonces dejó de contar esos cuentos
terribles y se volvió una muñeca dulce que cantaba canciones de cuna y sonreía
como si la maldad no existiese en el mundo. Fue tan buena actriz que la niña
estuvo tentada de rodearla con sus brazos para acunarla, de cantar ella también
las bellas canciones que había escuchado cantarle hace muchos años a su madre.
Esa tarde la niña hizo un
esfuerzo grande para pensar profundamente, todas las posibilidades. ¿Quién
podría ayudarla? Se puso roja de tanto
pensar. Cerraba los ojos y dejaba que su mente corriese y se asentase como una
pequeña ardilla, hasta que decidió subir a la parte más alta del castillo y
contarle a su mamá lo que estaba sucediendo.
¿Quién es? Dijo la madre que se
alegró muchísimo de ver a su niña que había crecido tanto desde la última vez
que la había visto. ¿Eres tu mi niña? Pasa, pasa. La niña vio los cientos de
libros que su madre había estado leyendo desparramados por todos lados,
abiertos como si ella hubiese estado buscando ahí el remedio que cura todos los
males, que termina con la pobreza, con la envidia, con la injusticia. Sí, ella podría ayudarla.
Una vez que estuvo enterada, la
mamá la tomó de la mano y bajaron apresuradas las escaleras circulares y
llegaron al jardín, al lugar en donde la niña había dejado hacía unos instantes
a su muñeca parlante que ahora tenía los ojos cerrados, como si estuviese
dormida, la boca sonriente, como si el
suyo fuese un sueño muy feliz, y cuando la despertaron dijo solo una palabra
partida en dos: ma-má y repitió: ma-má.
La mamá y la niña se abrazaron
sabiendo que cualquier peligro ya había pasado. La muñeca quedó en el cuarto,
sola, y la niña se dio cuenta de que ya no le gustaban las muñecas, que tenía
razón su mamá, había crecido, y entonces la acompañó hasta su cuarto y le pidió algún libro que no
fuese de miedo sino más bien de aventuras, y tal vez de amor.
domingo, 4 de marzo de 2018
Almas gemelas
De Miguel Ángel Arcas.
Ayer por la calle vi a un jorobado como los de antes. Al cruzarme con él me miró como miraban los jorobados de antes, con desconfiado asombro, como quien sabe que lleva a la espalda un viejo y pesado equipaje. Él probablemente esperaba que yo torciera la vista, que hurtara la mirada, que no lo soportara, pero no, nos miramos fijamente y pasamos el uno al lado del otro igual que dos almas gemelas.
Ayer por la calle vi a un jorobado como los de antes. Al cruzarme con él me miró como miraban los jorobados de antes, con desconfiado asombro, como quien sabe que lleva a la espalda un viejo y pesado equipaje. Él probablemente esperaba que yo torciera la vista, que hurtara la mirada, que no lo soportara, pero no, nos miramos fijamente y pasamos el uno al lado del otro igual que dos almas gemelas.
Microrelatos
La Mano de Dios, microrelato de Manuel Moyano
Una parte del cielo se desprendió repentinamente, como un
tapiz que se hubiera descolgado, dejando entrever la Nada que se extendía
detrás de él (me sorprendió que la Nada fuese de color amarillo). También tuve
oportunidad de vislumbrar la Mano de Dios, Quien rápidamente cogió el tapiz de
una esquina y lo restituyó a su lugar. Dicen que nadie más en todo el mundo
contempló el fenómeno, que ninguna cámara lo registró, pero con eso no lograrán
convencerme de que vi una simple aurora boreal. Tampoco me harán creer que he
inventado esa alucinación porque no puedo asumir que mi vida sea un completo
fracaso.
Principio del
formulario
Final del formulario
Cobardía, microrelato de Manuel Moyano
Multiplicado su poder gracias a la prensa, el asesino hizo publicar un comunicado donde exigía a todos los ciudadanos tatuarse en la frente una flor de lis ―el mismo símbolo que había grabado a navaja sobre la piel de sus catorce víctimas―; quien no acatase tal orden se vería expuesto a su ira. No todos accedimos de buenas a primeras, por supuesto. Sin embargo, tras saberse que sus cuatro siguientes víctimas se contaban entre los remisos a tatuarse la flor, pocos seguimos resistiéndonos. Los forasteros que visitan ahora la ciudad se admiran de ver nuestras frentes extrañamente decoradas. Si nos preguntan el motivo a que obedece tan insólita tradición bajamos la vista, avergonzados, y nos ponemos a hablar del tiempo, o de política, o de cualquier otra minucia que en ese momento se nos pase por la cabeza.
Principio del
formulario
Final del formulario
Dos microrelatos de Araceli Esteves (Barcelona 1960)
Incomunicación
Yo tenía 20 años y ella 19. Nos amábamos tristemente desde
la distancia del río que nos separaba. No fui consciente de la insensatez de mi
decisión hasta que llegué, con mi último aliento, al otro lado del río. Desde
allí pude ver como mi amada nadaba el trayecto inverso hasta salir del agua,
lejana y devastada, buscándome. Separados de nuevo por las sempiternas aguas
heladas, nuestro deseo permanecía anclado y vigente en el espacio que separaba
las dos orillas.
Ruido
Algunos artículos y adverbios se sumaron a las fundadas
quejas de los sustantivos y acorralaron al inoportuno adjetivo que embrutecía
el relato hasta volverlo plano y aburrido. El pobre adjetivo fue cayendo de una
línea a otra empujado por preposiciones y adverbios, sacudido por airados signos
de exclamación, hasta que acabó definitivamente pateado fuera del cuento por el
punto final.
*Araceli Esteves (Barcelona, 1960) ha estudiado traducción e
interpretación de Inglés y ruso en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha
publicado un libro de microrrelatos Fisuras en el aire (2013), y además sus
narraciones brevísimas han aparecido en antologías del género, como Velas al
viento. Los microrrelatos de La nave de los locos (Cuadernos del Vigía) y Mar
de pirañas. Nuevas voces del microrrelato español (Menoscuarto).
Aforismos de Ricardo de la Fuente
AFORISMOS
Andar en la nieblaRicardo de la Fuente, Segovia, España. Del taller de Clara Obligado.
“Cada uno viaja a la velocidad de su luz”.
“Aceptarse del todo es una rendición”.
“El tiempo acaba poniendo a cada uno en su nicho”;
“Aceptarse del todo es una rendición”.
“El tiempo acaba poniendo a cada uno en su nicho”;
“Nada se descubre sin salirse del sendero”;
“Más frecuente que ser rebelde sin causa es serlo sin efecto”.
“Releemos también para conversar con el yo que fuimos en la anterior lectura”;
“Releemos también para conversar con el yo que fuimos en la anterior lectura”;
“Cómo se las arreglarán los buenos escritores para escribir un libro distinto para cada lector”.
“Hay un buen ladrón que me roba los libros prescindibles de la estantería de mi memoria”;
“Hay un buen ladrón que me roba los libros prescindibles de la estantería de mi memoria”;
“Aprender a leer lleva décadas”;
“Hacerse donante de libros ayuda a mejorar la biblioteca de otros y, si se hace con sentido, la propia”;
“La inspiración para quien la trabaja”.
“El destino del indeciso es morir en un cruce de caminos”;
“El destino del indeciso es morir en un cruce de caminos”;
”Duda del que no duda”;
“Hay consejos de la almohada que no se sostienen en posición vertical”.
“Considerando que somos 30 billones de células que tienen que ponerse de acuerdo, nuestras contradicciones no parecen tantas”;
“Considerando que somos 30 billones de células que tienen que ponerse de acuerdo, nuestras contradicciones no parecen tantas”;
“He llevado mi espejo a reparar al relojero porque adelanta”;
“He pedido un cambio del ministro de mi interior”;
“Mis contradicciones no saben que les seré infiel con otras”.
Odio por principio
Odio por principio:
Pechocho es enemigo de los gatos, aunque ha tenido uno cerca,de visita, blanco,hermoso,imponente ante el que contuvo por respeto a su dueña su instinto.Al que detesta sin límites es a ese gato techero, plomo, atigrado que se protege en las alturas y se pasea orondo, con la parsimonia de todos los felinos, conteniendo una sonrisa de burla infinita. Pechocho lo vigila.
Cuando no está a la vista, se sienta a esperarlo y clava la mirada hasta que se asome.Ladra desaforado. Como mataran los ladridos, ruega a Dios, indignado ante la frescura del dueño de los ojos verdes, el sigiloso gato que le quita la vida con ese atrevimiento lleno de orgullo. Pechocho sabe que no podrá vencerlo, pero su sangre hirviendo lo obliga a enfrentarlo soñando detener sus movimientos, clausurar esa mirada que le hiere el alma y le impide vivir a plenitud.
viernes, 2 de marzo de 2018
Objetos
OBJETOS por
Julio Ramón Ribeyro
¡Cuánto tienen que circular los objetos para encontrar en
una casa el lugar que les conviene!! En
los pocos años que llevamos en la Place Falguiere, sillas, lámparas, cuadros,
estantes, han sido protagonistas de un fatigante periplo, que los llevó de
pieza en pieza y de rincón en rincón. Algunos, es verdad, se adaptan con
facilidad y terminan por habitar pacíficamente con sus vecinos. Otros, los
insociables, los réprobos, no encuentran posición ni lugar y transitan sin descanso
de un espacio a otro, sin echar amarras en ningún sitio. Mal que bien, a
regañadientes, terminan a veces por aceptar una equina y llevar ahí una vida
que yo adivino plena de incomodidad y resentimiento. Pero hay también los irrecuperables, aquellos
que no transigen con nada y como castigo a su espíritu subversivo son recluidos
en el fondo de un cajón o en la oscuridad de un sótano.
Objetos terribles, condenados, que deben estar tramando en
silencio alguna venganza atroz.
jueves, 1 de marzo de 2018
martes, 2 de enero de 2018
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