jueves, 13 de agosto de 2009

Hokusai, pintura japonesa






En Film&arts vi un especial sobre este pintor japonés 1760-1849 que se dedicó a pintar el Monte Fuji desde distintos ángulos y con diferentes actores. Explicaron con detalle su obra emblemática: La gran ola. Muy interesante las interpretaciones que daban al significado de la ola, ¿era el mismo autor que ya se acercaba a la muerte y quería mantenerse con vida? ¿Era la naturaleza que sorprendía a los pobladores que realizaban una vida muy relajada? Los hombres sobre el bote van de regreso a su casa y no parecen intimidados, continúan su empeño. ¿Es un intento de detener el movimiento adelantándose al concepto de la fotografía?

Encuentro esto sobre el autor: Años antes de morir, Katsushika Hokusai escribía lo siguiente: "A la edad de cinco años tenía la manía de hacer trazos de las cosas. A la edad de 50 había producido un gran número de dibujos, con todo, ninguno tenía un verdadero mérito hasta la edad de 70 años. A los 73 finalmente aprendí algo sobre la calidad verdadera de las cosas, pájaros, animales, insectos, peces, las hierbas o los árboles. Por lo tanto a la edad de 80 años habré hecho un cierto progreso, a los 90 habré penetrado el significado más profundo de las cosas, a los 100 habré hecho realmente maravillas y a los 110, cada punto, cada línea, poseerá vida propia". Esto dijo el autor de " La gran ola de Kanagawa".



Me llama la atención la referencia que se hace al mundo flotante en Endo, hoy Tokio:

« Vivir para el instante presente, prestar total atención a los placeres de la luna, de la nieve, de las flores del cerezo, de las hojas del arce, cantar canciones, beber vino y obtener deleite sólo en fluctuar, fluctuar como una calabaza arrastrada por la corriente del río... » Asai Ryoi, Ukiyo monogatari (Leyendas del mundo flotante o Narraciones sobre el mundo efímero de las diversiones), 1661
A partir de 1603, Edo se convierte en la capital de un Japón en paz. Se abre una era de prosperidad y de optimismo que da lugar muy pronto a la aparición de barrios de diversiones en las afueras de las grandes ciudades. Dos instituciones recién creadas se encargan de animarlos: las casas de té y el teatro kabuki, morada de cortesanas, de bailarinas y de actores que son adulados como verdaderos iconos. A este mundo al margen estrechamente vigilado por el shogunat se le llama "Mundo flotante" (ukiyo). Los movimientos del cuerpo y del alma que se dibujan en él dan lugar a una corriente pictórica inédita que realza la figura femenina: las "imágenes del Mundo flotante" (ukiyo-e).

Los retratos pintados en rollos, con " bellezas leyendo " o " paseándose ", ponen el énfasis en la sensualidad femenina de las siluetas envueltas en kimonos fastuosos, que evocan la moda del Mundo flotante, así como también la literatura medieval: la Leyenda de Genji o los Cuentos de Ise. Ciertas naturalezas muertas en biombos representan esos únicos kimonos tirados en un colgador, los tagasode ("¿De quién son esas mangas?") que evocan entonces la belleza ausente.

1 comentario:

  1. Me encantó tu "abra" de hoy, y si vi el programa sobre "La ola" de Hokusai. Conocía la imagen y siempre me encantó, pero me quedé pegada de la pantalla cuando la vi.

    Gracias, un beso, Graciela

    Una maravilla, ¿no? Muchos cariños, Ce

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