Ladrón de bicicletas

Mi papá durante toda su vida me habló de una película maravillosa: "Ladrón de bicicletas". Yo la confundía con "El pibe" de Chaplin pero ahora la vi. Es de Vittorio da Sicca y me ha fascinado. Qué película tan triste, cómo mueve tus sentimientos. Actúa un niño maravilloso llamado Enzo Staiola de 7 años que protagoniza a Bruno Ricci, hijo del protagonista. La película se estrenó en 1948. Ternura, compasión, comprensión del dolor del ser humano, cuántos sentimientos despierta.

La trama se desarrolla en un suburbio de Roma, donde Antonio, un obrero que ha estado cesante, encuentra un trabajo como fijador de carteles, por lo que debe rescatar su bicicleta que estaba empeñada por un préstamo

El primer día de trabajo, un joven aprovecha un descuido de Antonio para robársela. Es sábado, y sólo le queda el domingo para recuperarla.

Acompañado por su hijo Bruno y por un trapero amigo de él, inicia una penosa búsqueda que no dará ningún resultado.

Desesperado y solo, se encuentra de repente frente a un estadio donde hay decenas de bicicletas estacionadas. Se deja llevar por la tentación y coge una, pero es descubierto y perseguido por la gente.

Bruno, el hijo, quien hacía un rato se había ido, vuelve por casualidad en el momento en que su padre está a punto de ser detenido por robo. Enternecidos por las lágrimas de Bruno, los carabineros dejan libre a Antonio.

Ladrón de bicicletas es uno de los filmes clave del neorrealismo italiano de los años cuarenta, al igual que Roma, ciudad abierta (1945, Roberto Rossellini), La terra trema (1948, Lucchino Visconti), Arroz amargo (1949, G. de Santis) o El lustrabotas (1946), de los propios De Sica y Zavattini.