miércoles, 18 de noviembre de 2009

Zubin Metha

Zubin Mehta nos dice: "Dirigir una sinfonía es casi un acto filosófico, esotérico. No hay historia, sólo construcción. El director de Brahms o de Beethoven no está contando una historia, sino que está contribuyendo a que se ponga en pie una catedral musical. Mi deber es que con mi amor, mi conocimiento de esa música y mi trabajo con los músicos se construya esa catedral".

"Nunca dejaré de ser indio, pero amo profundamente a Israel". De su lugar natal guarda dos rasgos fundamentales. La parte frívola: el gusto por el críquet, su deporte favorito, que siendo inglés se propagó por India. Y, de la veta profunda: su pertenencia a una secta muy pequeña, el zoroastrismo, que sigue las enseñanzas de Zoroastro, sacerdote de la religión politeísta iraní convertido a la adoración única de Ahura Mazda, el dios del bien. Uno de los rasgos que refleja a sus dieciocho mil seguidores concentrados en India, Norteamérica y Australia es que creen que la prosperidad material y la santidad van de la mano, y la base de su doctrina es que están en una búsqueda permanente de la luz."

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