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Desde Lima, un relámpago de azul-cielo o azul-mar en nuestra mente o en nuestro corazón que ansían la belleza. Cuentos, poesía, música, cine, reflexiones, teatro, viajes, fotografía, entrevistas, danza y más.
Es un momento para resumir. ¿Qué ha sido su escritura, qué será ahora? "Mi escritura", dice Vargas Llosa, "es mi vida, es lo que soy. Soy la literatura que he hecho. Toda, y el periodismo también. Con respecto al futuro, voy a hacer todo lo posible para que la vida no cambie. Esta es una inyección de entusiasmo; pero mi vida no va a cambiar. Seguiré teniendo iniciativas, posiciones; esa libertad que ejercito seguirá siendo mi libertad como escritor, como periodista y como ciudadano. Siempre tendré los mismos compromisos; ahora, además, habrá más obligaciones, que someteré al orden que siempre me ha dado la escritura, mi trabajo". Extracto de una entrevista de Juan Cruz para el diario El País.
"La literatura", terminó Mario Vargas Llosa, "es mi manera de vivir, como decía Flaubert. No tendré otra, con sus sumas y sus restas, esa es la felicidad de mi vida. La literatura me ha dado lo mejor que tengo; los amigos, las experiencias. La entraña de mi vocación no es otra que la literatura, y de ella sale todo lo que soy y todo lo que tengo. Es lo mejor que me ha pasado".
Razones pare leer a Vargas Llosa , de la revista El Cultural.
Siempre vale la pena leer a Vargas Llosa, incluidos sus artículos con los que muchos no estamos de acuerdo y en los que es imposible dejar de reconocer su inteligencia, rigor y claridad. Siempre vale la pena leer a Vargas Llosa, porque su pulso narrativo apenas tiene parangón, porque en su obra la complejidad formal, la reflexión histórica y el sentido del humor se conjugan admirablemente, y por muchos otros motivos que incluyen, por supuesto, el placer de discrepar de él. Andrés Neuman
La razón principal para leer a Mario Vargas Llosa es la delicia que significa leerlo, simplemente. La prosa de Vargas Llosa destila lo que yo llamaría conocimiento placentero o lo que es lo mismo, belleza. Pero esa belleza en Vargas Llosa se acrecienta con su estilo, que es inteligente. La estructura de su lenguaje es firme y precisa. Todo ello hace que transmita el mensaje con “seguridad” y de una manera única creando la sensacion de un tiempo placentero. Me encantaría hablar con él sobre Neuroestética o neuroarte. Francisco Mora
El conjunto de la obra narrativa de Vargas Llosa es, aplicándole lo que dijo él a propósito de Flaubert, una orgía perpetua. Su nómina de novelas magistrales es asombrosa. Algunos dirán que ninguna de sus novelas ha brillado a la altura de Paradiso o Cien años de soledad, pero hay algo en lo que nadie lo supera y es que cada década vuelve a escribir una obra maestra. Lleva medio siglo haciéndolo. Después de cumplir setenta años, nos dará alguna más, estoy seguro. Eduardo Lago
Por placer. Esa es mi razón. Porque más allá de su valentía; de su capacidad para levantar banderas; de su lenguaje maravilloso, preciso y soñador; de sus historias fabulosas; de su capacidad para meter el dedo en la llaga; de su libertad de espíritu; de su pasión incontralada, de su profundidad, de su hermosura... leer a Vargas Llosa me produce placer. Alberto Anaut
Pocos artistas poseen la pasión y la lucidez de Vargas Llosa. Uno puede estar en desacuerdo con sus puntos de vista, pero jamás quedará decepcionado frente a su ardor y su brillante intransigencia. En una época dominada por la fatuidad y el espectáculo, sigue siendo uno de los grandes defensores de la libertad crítica. Jorge Volpi
Porque es un autor innovador en la forma y valiente en los contenidos, y nos permite conocer la realidad peruana desde una perspectiva de privilegio: la de un artista que al hablar de la corrupcion y excesos de poder de su pais defiende la integridad intelectual y rechaza la retorica vacia. Uno puede estar de acuerdo o no con sus opiniones políticas, pero es indudable que son fruto de una ética meditada y consciente. Es un clásico en su tiempo. Enrique Marty
Hay que leer a Vargas Llosa por una razón muy simple: es el mejor escritor vivo que hay ahora mismo en lengua española. El más amplio, el más completo, el más poderoso. Rosa Montero.
Llegué tarde a la obra de Vargas Llosa. Fué en Nueva York a principios de los 80, cuando participé con Intar - un centro teatral off - off Broadway - en la adaptación a la escena de La señorita de Tacna al inglés. La obra fué un éxito y era extraordinario ver cómo el público neoyorquino hacía suya una historia que sucedía en un remoto lugar y en un ambienteque poco tenía que ver con el de Nueva York. Esta puede ser una buena razón para aventurarse en el riquísimo universo de Vargas Llosa. Guillermo de Osma
En la obra de Vargas Llosa están presentes los cuatro elementos, pero creo que el dominante es el agua. Es una escritura que va fecundando la historia a medida que avanza. Esa escritura tiene brillo y profundidad, es vigorosa y sensual, y se mueve con valentía y juicio. Es una literatura sentipensante. Te agita. Te hace sentir libre, en un hogar nómada, donde puedes vivir a contracorriente. Manuel Rivas
Le conocí antes de dirigir su obra Pantaleón y las visitadoras, pero durante los ensayos tuvismo ocasión de profundizar en nuestra amistad. Aparte de ser una persona encantadora y generosa, me parece un novelista impresionante, si no el más grande del momento. Un hombre de una gran cultura que se desparrama en todo lo que escribe y que tiene talento para cualquier género literario. Domina el idioma de un modo magistral y esta muy integrado en las costumbres hispanas y la prueba es su enorme afición al mundo de los toros. Gustavo Pérez Puig
La más importante se llama placer de leer, y cada vez que abro uno de sus libros siempre jóvenes regreso a ese placer desbordante de mi adolescencia, cuando La Ciudad y los perros era el libro que descubríamos llenos de asombro, porque hablaba de nosotros. Vargas Llosa fue un cómplice, un amigo escritor cuyas obras iban de mano en mano, de café en café, y al que mi generación debe las conversaciones literarias más animadas. Tenemos una gran deuda con él, y al placer de leer y volver a leer sus novelas, se agrega el de desearle un Feliz Cumpleaños y larga vida, porque aún nos debe muchísimas novelas. Luis Sepúlveda
Además de una vieja amistad, Mario Vargas Llosa y yo compartimos el calendario: ¡los dos acabamos de cumplir setenta! él mismo ha escrito que las buenas historias “aumentan nuestra vida” y nos “descubren los alcances de la libertad”. Y así son sus libros. Su lectura nos dan ánimo para esas empresas en las que el ser humano tiene que dar lo mejor de sí mismo. Paloma O ' Shea
Leer buenas novelas nos brinda una posibilidad inestimable: la de multiplicar nuestra alma y experimentar sentimientos e ideas que sin ellas nos estarían vedadas. Pocos autores actuales nos garantizan este privilegio de modo tan seguro e inteligente como Mario Vargas Llosa. Su obra es ya una nueva Comedia Humana de nuestra modernidad. Si hubiera que resumir su arte en una palabra, yo elegiría: cautivador. Aunque en este caso lo que nos cautiva es lo mismo que nos hace más libres. Fernando Savater
Vargas Llosa es un maravilloso novelista. De él se puede decir que es capaz de conmovernos con las historias que inventa, de hacernos con ellas más conscientes, de una forma primitiva, inmediata, de nuestra compleja y a menudo dolorosa condición humana. Pero también se debe decir de él que es un intelectual, en el más noble sentido de la palabra, entre los narradores; que leyendo no sólo sus ensayos sino también sus novelas aprendemos a conocer mejor el mundo y su historia, algo que constituye la mejor formación para soportar el presente y afrontar el futuro. Pocos son los narradores que poseen semejante don, el de cabalgar con igual gracia entre lo imaginado y lo real. José Manuel Sánchez-Ron
Afirmaba Henry James que la única obligación que se puede exigir cabalmente a una novela es que cuente cosas interesantes, y Vargas Llosa nunca ha defraudado en este terreno. El regreso a la más pura narratividad es una de las claves de su éxito, pero esto no significa facilidad acomodaticia en lo tocante a la estructuración del discurso novelístico, sino una propuesta que reclama del lector una actitud cooperante. Su técnica narrativa es rica en insólitos recursos para activar la respuesta cómplice de los que lo leemos, y nuestra recompensa nace de su capacidad para fundir realidad y fantasía. Darío Villanueva.
De la entrevista:
Degradados por la codicia -¿Dónde se ha quedado su optimismo respecto al progreso del mundo?
-En el sentido material, sí, pero lo que va a colapsar es lo otro, los valores, los principios, la cultura, la ética, que están en absoluta decadencia. Piensa en la corrupción mostruosa que está detrás de la crisis que vivimos hoy. Esa crisis no es una crisis, digamos, puramente financiera. Detrás de la conducta de los grandes banqueros, de los grandes empresarios, hay una moral degradada, profundamente depravada por la codicia. Y esa es una forma terrible de incultura . De eso hablaban todos los grandes pensadores liberales, desde Adam Smith hasta Hayek o Popper. Decían: la libertad, que es el gran instrumento del progreso, si no viene sólidamente fundada, sostenida, por una espiritualidad y una cultura rica, creativa, crítica, en constante renovación, puede llevarnos al abismo. Es exactamente lo que está ocurriendo con la cultura. El progreso moderno es un progreso tecnológico, material, pero el otro se ha degradado a unos extremos...
Desde la penísula de Bodrum, al sur de Turquía. Lugar de veraneo de lo turcos y ahora visitado por muchísmos turistas.
De Bodrum se dice: Nunca estás lejos del mar en cualquier lugar de la península de Bodrum, Bodrum se toma un punto de partida ideal para visitar los múltiples remansos de paz a lo largo de su hermosa costa.
La vista desde el hotel Salmakis:
Una historia de gatos:Quería recordar a un gatito negro con blanco del que me enamoré, estuvimos jugando en el Salmakis mucho rato, coqueteando, haciéndonos amigos y al fin cedió, se entregó a mi luego de esconderse bajo la mesa y sacar una pata, la cola buscando que lo tocase. Se dejó cargar y acariciar y yo estaba feliz sintiendo que entre mis habilidades tenía la de conquistar, que mi sabiduría, la combinación de mis movimientos, unos tan despacio, los otros rapidísimos, lo habían hecho pensar que era merecedora de su confianza y que sí, por qué no, aceptaba mi amistad. Me fui a dormir encantada con mi nuevo amigo. Toda Turquía está llena de gatos, vimos pocos perros, y en los restaurantes ellos se arrastran debajo de las mesas, silenciosos buscando que caiga algo del plato o que alguien sienta deseos de compartir la comida con ellos. Al día siguiente, lo primero que hice fue buscar a mi gatito blanco con negro, para reanudar nuestra amistad, quién diría que reposaba plácido y feliz, sobre las faldas de una señora alemana que le pasaba la mano por el lomo acariciándolo con suavidad. Al cabo de un rato me acerqué a la mesa y le comenté a la alemana lo desilusionada que estaba al descubrir que el gatito no era para nada mío, que era un experimentado seductor a pesar de su aparente juventud. La señora Alemana se rió y me lo ofreció para que yo lo acariciase pero orgullosa le dije que no y me contenté con mirarlo desde lejos descubriendo lo poco que sé de los animales y de lo equivocados que a veces estamos imaginando que poseemos cualidades por encima de los demás. En la noche volvió a pasear bajo mi mesa y le di un trozo de carne que a punta de lamidas desapareció.
Matrimonio turco :
En el Salmakis tuvimos la suerte de ver de cerca un matrimonio turco. Ya nos habían contado que los invitados regalaban a los novios joyas y dinero en efectivo pero una cosa es que te lo cuenten y otra cosa es verlo. Los invitados estaban congregados en unas mesas, las sillas con un gran lazo rojo, la música intentando algunos acordes como preparándose para lo esencial. La gente estaba vestida de manera desigual, había los muy elegantes y los que estaban con un gin y una camisa. Las chicas bien arregladitas, con peinados elaborados, apretaditas, dispuestas a conocer algún joven, moviéndose siempre en grupo, un poco regordetas, como recién salidas de la infancia. Llegó la novia, que resultó ser muy simpática caminado por un sendero de luces de fogueo que me parecieron peligrosos. El novio la recibió en el tabladillo y luego de una rápida ceremonia ante un notario o juez, luego de los aplausos de los invidtados, se lanzaron a bailar, era una pieza muy triste, seguramente romántica, una melodía muy lenta y lastimera, otras parejas salieron a bailar, tíos, primos y vecinos que languidecían abrazados como si en lugar de ser el comienzo de la fiesta fuese el final. Los invitados seguían llegando, acomodándose, algunos a gran distancia de lo que sucedía en la pista, la música empezó a animarse hasta que, como me había advertido un fotógrafo, todos se ponen a bailar, la novia con un brazo en alto, seductora, lo movía envolviéndolo y soltándolo saludando en cada mesa y con su ritmo y sonrisa invitándolos a bailar. El cierto momento el novio pareció reclamarla y la abrazó y la besó como diciendo ella es mía y en cierto momento comenzaron los fuegos artificiales en el cielo, la explosión de luces y sonidos, qué manera tan perfecta, pensé de decirle a la novia que la quería así como los rayos y los truenos, como si se tuviese la facultad de convertir la noche en día, la de acariciar las estrellas, la de competir con la luna, la de embobar a todos los invitados que tenían los ojos clavados en el esplendor de su amorosa demostración. Luego vino la entrega de los regalos, se formó una fila interminable de invitados que les iban entregando una pulsera, un anillo, un collar, un alfiler de oro, todos los regalos eran de oro, ella agradecía, besaba a quien le regalaba y seguía recibiendo y el novio también recibía dinero, monedas de oro con una cinta y un alfiler que colgaban indistintamente en la novia o en el novio. Imaginamos que al final de los saludos la novia estaría cubierta de oro, joyerías y dinero. Nos contaron que muchas veces venden todo a los pocos días y con ese dinero compran una tienda, o un automóvil, algo práctico para iniciar su nueva vida.
Peruanos en Gumusluk
: En Bodrum fuimos a una playa de pescadores llamada Gumusluk, en el camino recogimos a una señora que nos había indicado el camino hacia la playa, cuando se enteró que era peruana nos contó que en un intercambio que había hecho en Estados Unidos había sido íntima amiga de una peruana que recordaba con inmenso cariño luego de más de 40 años. La playita nos pareció encantadora sobre todo porque no están permitidos los hoteles grandes y todo está tal cual la dejaron los griegos porque esta parte de Bodrum perteneció a Grecia. Al frente de la playa se puede ver Kos, una isla griega. Nos entretuvimos un rato con las tiendas, comprando los ojos azules que espantan a los que pretenden echarte el mal de ojo, adornos para la casa de playa y buscando una camisa blanca de la que tenía antojo. Recorrimos los pequeños restaurantes que están casi sobre el mar, con sillas de colores y anuncios de platos todos de pescados y mariscos. Hay un pequeño muelle al que llegan embarcaciones chicas con su carga de pescados, que pesan y venden de inmediato. Encontramos a nuestra amiga, la que quiere tanto a los peruanos, bajo una sombrilla disponiéndose a meterse al agua, cosa que hace todos los días ahora que está jubilada, ella es muy feliz aquí en un lugar tranquilo lejos del bullicio de Estambul, nos dice. Le pregunto si alquilan toallas y me ofrece la suya con una amabilidad que me sobrecoge. Tumbados a la orilla del mar, con un par de perros que decidieron hacernos compañía, gozamos del sol y escuchamos una conversación ajena. Daban la impresión de ser un gigoló y una mujer un poco mayor entrada en carnes (así se dice a las gorditas). Hablaban en inglés. Resultó que ella era hija de una peruana, que había vivido su infancia en Pisco. Nos preguntó por el restaurante de uno de sus parientes allá, del que no teníamos ni idea y conversamos un rato. Hija de padre alemán, vivía en Berlín, era escenógrafa. Había hecho la escenografía de una ópera en Praga. El muchacho era turco, un turco buenmozo, delgado, lo que se dice pintón. Luego de varias remojadas, dejamos la playa para tomarnos una cerveza junto al muelle y comprarme unas pulseras de piedras color turqueza y coral.