En el café del Mar, lugar de confidencias,
la gente se junta a la luz de las velas para intercambiar sus seres y sus no seres
pido una copa de vino y mientras espero la llegada de mis amigas
hago un ejercicio de ser y no ser.
Yo soy alguien que mira
Yo no soy alguien que se deja mirar
Yo soy una mujer que espera
Yo no soy una mujer que espera a un hombre
Yo soy una mujer cansada
Yo no soy una mujer harta
Yo soy una mujer en tensión
Yo no soy una mujer que se tensa y da en el blanco
Yo soy alguien que cobija
Yo no soy alguien que expulsa
Yo soy fiel
Yo no soy arriesgada
Yo soy sedentaria
Yo no soy aventurera
Yo soy como una hoja que tiembla
Yo no soy como una fiera
Yo soy como una campana
Yo no soy como un violín
Yo soy como un árbol de muchas hojas
Yo no soy como un árbol de inmensa raíz.
Entonces se me ocurre pensar en una tipología diferente de la mujer:
Mujer fiera
Mujer árbol
Mujer violín mujer cansada
mujer que mira
Mujer que esperamujer paz
mujer flecha
mujer abrazo
Mujer hoja
Hola Cecilia:
ResponderEliminarEl poema me trasmite que somos varios tipos de mujer al mismo tiempo o en diferentes ocasiones. O somos un tipo de acuerdo a los rasgos que tienen mas peso? El cuento de las mariposas tiene tu sello.
La idea de terapia por el arte me parece por importante y creo que lo practicas en tus clases de lectura.
Un abrazo,
Ali
ceciiiiiiiiiiiiiiiii, estoy convencida (aún más a partir de tu blog) que escribir es desnudarse. Tu cuerpo y tu emoción están reflejados en tu poema y tus letras.
ResponderEliminarEres bien valiente y audaz. Falto eso. Y que eres fiel ?, más o menos, porque te entregas a la escritura. Los fieles no pueden (ni deben) escribir.
tu admirador, cayman