viernes, 23 de marzo de 2012

Nada es regalo

Premio nobel de literatura
Nada es regalo

Nada es regalo, todo es préstamo.

Estoy de deudas hasta el cuello.

Con mí misma deberé pagar

por mí misma,

dar la vida por mi vida.

Otro de sus poemas:

En la hierba que ha crecido
 sobre causas y efectos alguien debe tumbarse
 con una espiga entre los dientes
 para contemplar las nubes.






Las tres palabras más extrañas

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.


Parábola

 Ciertos pescadores sacaron del fondo una botella.
 Había en la botella un papel, y en el papel estas palabras:
 "¡Socorro!, estoy aquí. El océano me arrojó a una isla desierta.
 Estoy en la orilla y espero ayuda. ¡Dense prisa. Estoy aquí!"
 -No tiene fecha. Seguramente es ya demasiado tarde.
 La botella pudo haber flotado mucho tiempo, dijo el pescador primero.
 -Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano,
 dijo el pescador segundo.
 -Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla "Aquí" está en todos lados,
 dijo el pescador tercero.
 El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio.
 Las verdades generales tienen ese problema.


Una del montón

Soy la que soy.
 Casualidad inconcebible
como todas las casualidades.

Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.

En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a la medida,
 se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.

Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
 mucho menos individuo.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.

Alguien mucho menos feliz,
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.

Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.

 Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.

Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.

¿Y si despertara miedo en la gente,
o sólo asco,
o sólo compasión?

¿Y si hubiera nacido
no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?

El destino, hasta ahora,
ha sido benévolo conmigo.

Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.

Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.

Versión de Gerardo Beltrán











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