Itaca
Cuando emprendas el viaje hacia Itaca,
ruega que tu camino sea largo
y rico en aventuras y descubrimientos.
No temas a lestrigones, a cíclopes o al fiero Poseidón;
no los encontrarás en tu camino
si mantienes en alto tu ideal,
si tu cuerpo y alma se conservan puros.
Nunca verás los lestrigones, los cíclopes o a Poseidón,
si de ti no provienen,
si tu alma no los imagina.
Ruega que tu camino sea largo,
que sean muchas las mañanas de verano,
cuando, con placer, llegues a puertos
que descubras por primera vez.
Ancla en mercados fenicios y compra cosas bellas:
madreperla, coral, ámbar, ébano
y voluptuosos perfumes de todas clases.
Compra todos los aromas sensuales que puedas;
ve a las ciudades egipcias y aprende de los sabios.
Siempre ten a Itaca en tu mente;
llegar allí es tu meta; pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure mucho,
mejor anclar cuando estés viejo.
Pleno con la experiencia del viaje
no esperes la riqueza de Itaca.
Itaca te ha dado un bello viaje.
Sin ella nunca lo hubieras emprendido;
pero no tiene más que ofrecerte,
y si la encuentras pobre, Itaca no te defraudó.
Con la sabiduría ganada, con tanta experiencia,
habrás comprendido lo que las ítacas significan.
1911
Ceci
ResponderEliminarMe voy Denver, CO para pasar las Fiestas en casa
de mi hijo y los cuatro nietos. Me voy a congelar porque
hay tremendas tormentas de nieve pero estare feliz de pasarlas
con la familia.
Siempre es muy interesante leer tus
publicaciones en ABRA.
Recibe un fuerte y cariñoso abrazo Gloria.
Cecilia ,gracias por todo lo que nos regalas .
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