Un cuento para cada martes.
Las personas, algunas, nos
buscamos una tarea y nos la imponemos durante largos períodos de nuestra
vida. Desde hace muchos años debo
escoger al menos un cuento para trabajarlo en nuestro taller de lectura. No se trata de un cuento cualquiera, debe
capturar la atención de todos los participantes, debe ser entretenido, debe
despertar nuestra curiosidad, debe poder hacernos reflexionar sobre las
actitudes de los seres humanos enfrentados a diferentes estímulos o
situaciones. Este martes escogí un
cuento de Haruki Murakami, escritor contemporáneo japonés, de su libro “El
elefante desaparece” de reciente publicación. El cuento se llama” Nuevo ataque
a la panadería”, y tiene como tema: el hambre.
Lo primero que hicimos en el
taller fue hablar del Hambre en general, de nuestra hambre, si alguna vez lo
habíamos sentido, en qué intensidad. Una de las participantes confesó que tiene
hambre permanentemente y que piensa en comida todo el tiempo.
Luego hablamos de otras clases de
hambre, de ese que inhabilita, que impide hacer cualquier otra cosa, pensar,
crear, soñar. Leímos algunos textos, uno de ellos nos dijo que un sexto de nuestra población
mundial se muere de hambre y que daría la impresión de que estamos sumidos en
un estado primitivo de desarrollo, que apenas hemos salido de la barbarie, que
somos una civilización inferior. El
hambre, según Neruda, sería la medida del hombre.
El poeta Miguel Hernandez nos
dice que el hambre es el primero de nuestros conocimientos. El niño llora
pidiendo alimento a su madre.
Quien ha pasado hambre de niño,
estará dañado de por vida, aseguramos, siempre tendrá temor de regresar a ese
estado en el que se siente tanto el vacío, el
incendio del hambre.
Tener hambre es como tenazas,
Es como muerden los cangrejos,
Quema, quema, y no tiene fuego,
El hambre es un incendio frío.
Pablo Neruda
Aquellos que tienen hambre pueden
convertirse en peligrosos, desaparecen los límites, el conocimiento del bien y
del mal.
“El hambre sigue al hombre como
la sombra al cuerpo, y no hay esperanza de pan, ¡no la hay! El hambre ha
borrado las facciones humanas; la gente no vive, se pudre en una miseria
irremediable..." La Madre Máximo Gorki. ¿Cómo será verdaderamente sentir
hambre?
Entonces llegamos a Knut Hamsun,
escritor sueco, premio nobel de literatura en 1920 que escribiera un libro al
que llamó “Hambre”. Lo curioso de su personaje es que a pesar de encontrarse en
la peor de las miserias sigue manteniendo ideales y cordura. Un personaje que masca madera para calmar el
hambre como quien masca papel mojado o come galletas de barro.
De India Caida en el Mercado de Joaquín
Pasos, poeta nicaragüense.
Ella se desmayó, la desmayaron.
Al lavarle el estómago los médicos
lo encontraron vacío, lleno de hambre,
de hambre y de misterio.
Hablamos del canibalismo, de la glotonería, de la fama que tiene
nuestro país por su buena comida. Quedando todavía mucho más por hablar: los
que no comen, los que no dejan comer.
Entramos por fin al texto elegido
y Murakami nos acercó a una pareja de recién casados que se despierta entrada
la noche con un hambre desesperado. El
texto es reflexivo y divertido, nos lleva a la acción obedeciendo una lógica
original. Vemos el dominio de uno de los miembros de la pareja, los secretos guardados,
el trabajo en equipo. El autor inventa propósitos a los personajes, ideas fijas
que los hará moverse y cometer actos como los que nunca habían soñado. Como no trabajan, no tienen pan y deberán
robarlo pero la vida más bien le ofrece cambiarle su atención a la música (Wagner)
por el pan. Entonces surge la maldición que habrá que
romper con un nuevo asalto. Entonces se convierten en ladrones que someten a
sus víctimas y con ello logran desaparecer ese hambre que parecía querer
acompañarlos hasta la eternidad. Murakami intercala en su texto el mundo de la
imaginación y el mundo de los sueños. El
hambre como situación límite, como detonante de historias y de acciones, como
develamiento de la verdadera personalidad de los personajes.
El elefante desaparece Haruki Murakami...me intereso...el hambre sigue al hombre como la luz a la sombra...gracias por tus aportes a la cultura
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