miércoles, 2 de diciembre de 2009

La camisa del hombre feliz

Leo una frase de Simone de Beauvoir: "Las personas felices no tienen historia". Aparte de discrepar con la frase, ( todos tenemos una historia) recuerdo inmediatamente un cuento que me contaba mi padre: "La camisa del hombre feliz". Sólo tenía en la memoria que se le advierte a alguien que está enfermo, que la única manera que tiene de sanarse es conseguir la camisa del hombre feliz y ponérsela. Buscan en todo el reino, preguntan a todas las personas ¿Eres feliz? Y todas responde: Si... pero... siempre había algo que no les permitía ser del todo felices, entonces, cuando los emisarios del rey ¿Era un rey? al fin encontraron alguien que respondió: Sí, soy inmensamente feliz y le quisieron comprar la camisa, él respondió: ¿Qué camisa? No usaba camisa ese hombre que vivía en la cima de una montaña, en una pequeña cabaña, que era cazador y leñador, no la usaba y el rey no pudo sanarse.

Con esta maravilla que es internet, busco ahora: "La camisa del hombre feliz" y descubro que se trata de un cuento de León Tolstoi que dice más o menos así:
Cuando el zar enfermó gravemente, de nada sirvieron todos los remedios que se pusieron a su disposición para que mejorara, por lo que prometió la mitad de sus posesiones a aquel que pudiera devolverle la salud. Y así fue como un trovador le indicó que sanaría si encontraba a un hombre feliz y vestía su camisa. Los emisarios del zar recorrieron todo el mundo buscándolo, pero no encontraron a nadie que estuviera completamente satisfecho y feliz. Sin embargo, cuando al fin lo hallaron, no encontraron el ansiado consuelo: el hombre feliz no tenía camisa.

Si quieres leer el cuento completo, lo tienes aquí: http://http//loscuentosdehadas.blogspot.com/2009/05/la-camisa-del-hombre-feliz-leon-tolstoi.html

1 comentario:

  1. ¡¡Mira que interesante!! Recuerdo la historia, de pequeña la leí muchas veces pero era una versión distinta o por lo menos así lo recuerdo: al final se descubre que el hombre feliz no tenía camisa, porque no requería de la misma y de nada más, era feliz no por lo material. ¡Qué grata sorpresa saber que la idea original... tan deliciosa historia es de Tolstoi! Recomiendo leer: ¿Cuánta tierra necesita un hombre?, saludos.

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