domingo, 14 de agosto de 2011

Poesía de Esther Seligson






La semana pasada tuvimos como "invitada"en  nuestro taller ABRA a Esther Seligson, una escritora mexicana judía, traductora de Cioran y de Edmond Jabés . Vimos textos de su libro: "Toda la luz"

Ella dice:
¿Cómo se arma un libro?
Igual que un barco,
le respondí a mi nieta
requiere de muchas travesías
de algun naufragio
tocar puertos seguros
una tempestad de tanto en tanto
marineros solidarios
paciencia inquebrantable
muchas plegarias por equipaje
y al timón
la povidencia.
Ella cita a Rilke:  "El yo al transformarse en Obra, encuentra su salvación y su disolución en el universo."

Acá un poema suyo.


Oración del retorno


Envejezco Madre llevo a bordo mucho lastre
mas no quisiera aliviarlo pues tampoco ando a la deriva
navego entre islas que son calles que son ciudades
que son islas entre nosotros que son ríos
que son ribera desierto llanura navego
llevada por el ritmo de mi sangre
oleaje de memorias sin varadero

No quiero olvidar desprenderme dejar de ser pasado
no quiero perder ningún recuerdo ningún olor ningún instante
borrar ninguna imagen
aguardo no sé muy bien qué, es decir sí
y Tú lo sabes Madre, no hay enigma
al final del laberinto está la Luz
y hacia ella se enardecen mis anhelos
Nada más.

No me basta lo que alcanzo toco miro
me queda siempre un dejo de carencia
por más plena que sea la entrega
del creciente invoco ya a la luna llena
del mañana que será menguante retengo
lo fugaz lo tardío lo mendrugo
centinela de gestos y detalles coleccioné
miniaturas nimiedades entusiasmos
la tristeza en ánforas de barro mal cocido
los sueños en páginas sin quicio
celebré todo vuelo toda caída
y pedí perdón por mi indigencia mi sordera
el ciego ímpetu de inflamar a las palabras.

***


Cautiva de tanto sueño contrariado
hoy quiero libre ofrecerles perdón
a final de cuentas sin duda recibí la parte de felicidad
que en este mundo me corresponde

A tus pies ofrendo Madre
la servidumbre de mis reproches
quémala
la carcoma de repetirme en la misma letanía de dolor
quémala
la turbia resaca de remordimientos
quémala
la viciosa costumbre de esperar lo improbable
quémala
la excusa del miedo que paraliza cobarde
quémala
la bastarda disculpa del amor rechazado
quémala
la mezquina astucia de apresar el tiempo
quémala
la distorsión que se juzga fiel certera
quémala
la calculada incapacidad de reparar el daño
quémala
quema las escorias que lazan mi vuelo
y bendice Madre lo que aún me queda por andar…

Y otro:

Estás tan lejos me dicen tan sola


y respondo nunca lo suficiente

nunca lo bastante lejos la soledad

siempre hay quien la interrumpe el teléfono

el cartero vecinos y esa necia costumbre

de procurarse víveres no nunca lo bastante

sola lo suficientemente lejos transijo

Pago cuentas hago la fila en el correo

saludo sonrío tampoco el mar que me acompaña

está solo cuántos veleros barcos lanchas

guardacostas lo ocupan

A veces nos salamos el mar y yo

muy de mañana en un llanto mutuo

remojo los piés en su espuma fría

y escucho la risa de Adrián que se revuelca

me digo entonces que aún estoy cerca

demasiado cerca

que me ha anclado el dolor a la orilla

a este cuerpo nunca suficientemente solo

ligero lejano

ay tan presente

Y uno más:

Vengo de un largo


trayecto de abandonos

no soy la única

lo sé no lo presumo

pero son mis pies los míos

los que recorren y recorrieron

el camino mis pies y no otros

mi cansancio y fatiga

intemperie de abrazos

sin consuelo

ensimismada.

2 comentarios:

  1. muy linda poesia de E.S
    lo mismo que la de tu amigo Ch.
    Divertido tu blog esta semana Ce: música,cine, pintura, mujeres.
    Y el juego de la novia? si, está bien.

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  2. ¡¡¡Privilegiados por haber tenido entre ustedes a la gran Maestra Esther Seligson (qpd)!!!. No la olviden!.

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