Desde Lima, un relámpago de azul-cielo o azul-mar en nuestra mente o en nuestro corazón que ansían la belleza. Cuentos, poesía, música, cine, reflexiones, teatro, viajes, fotografía, entrevistas, danza y más.
domingo, 23 de diciembre de 2012
No te aflijas
En Navidad hay mucha gente que se pone triste. Pasamos una Navidad en Nueva York, el avión estuvo detenido en Quito y llegamos con las justas. Tomamos el tren que te lleva a Manhattan y yo estaba tan feliz que cantaba abrazada a mis hijos : "Navidad, navidad", Mario me dijo que no podía manifestar tanto mi alegría, que ese día había mucha gente triste, que extrañaba a personas que habían muerto ese año o que no tenían con quien celebrar. Hace un par de años mi hija Chiara tuvo la buena idea de invitar a nuestra cena a personas que no tenían con quien pasar la Navidad, fue para nosotros una enorme alegría tenerlos en casa. Este bello poema puede servir de consuelo a personas que estan tristes, tal vez el mejor regalo que nos toque dar esta Navidad sea palabras de esperanza para quien la haya perdido.
No te aflijas
No te aflijas: la belleza volverá a regocijarte con su gracia;
la celda de la tristeza se convertirá un día
en un jardín cercado ll
eno de rosas.
No te aflijas, corazón doliente: tu mal, en bien se trocará;
no te detengas en lo que te perturba:
ese espíritu trastornado conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida reinará en el jardín en que suspiras
y verás muy pronto, ¡oh, canto de la noche!,
una cortina de rosas sobre tu frente.
No te aflijas si no comprendes el misterio de la vida.
¡Tanta alegría se oculta tras del velo!
No te aflijas si, por algunos instantes, las esferas estrelladas
no giran según tus deseos, pues la rueda del tiempo
no siempre da vueltas en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor del santuario, penetras en el desierto
y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía, si el torrente de los días
convierte en ruinas tu morada mortal, pues tienes el amor
para salvarte de ese diluvio.
No te aflijas si el viaje es amargo y la meta invisible.
No hay camino que no conduzca a una meta.
No te aflijas, Hafiz, en el rincón humilde en que te crees pobre
y en el abandono de las noches oscuras,
pues te quedan aún tu canción y tu amor.
De "Los Gazales de Hafiz"
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
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