Luisa, con veintiún años cumplidos, regresó a su
Aracataca natal en una mañana de febrero, sin su esposo, tras casi dieciocho
meses de ausencia. Estaba embarazada de ocho meses y llegaba mareada del barco,
tras otra travesía turbulenta de Riohacha a Santa Marta. Unas semanas después,
el domingo 6 de marzo de 1927, a las nueve de la mañana, en medio de una
tormenta poco habitual para esa época del año, dio a luz a un niño, Gabriel
José García Márquez. Luisa me contó que su padre había salido temprano a misa cuando
las cosas 'se ponían mal', pero cuando volvió a casa todo había acabado. El
niño nació con una vuelta de cordón alrededor del cuello -luego él mismo
atribuiría su tendencia a la claustrofobia a aquel contratiempo temprano- y
pesó, según se dijo, cuatro kilos doscientos gramos. Su tía abuela, Francisca
Cimodosea Mejía, propuso que lo frotaran con ron y le echaran agua bendita, por
si había algún otro percance".
Así rememora el biógrafo inglés Gerarld Martin,
en 'Una vida', la llegada al mundo del autor de 'Cien años de soledad' y Premio
Nobel de Literatura de 1982, quien falleció hoy, a los 87 años, en su
residencia de México. Su deceso obedeció a quebrantos de salud propios de su
edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario es de gran utilidad para para Abraelazuldelcielo. Ce.