Estaba esperando todavía afuera del cine a que comenzara la película cuando los vi llegar- Una pareja a la que había conocido poco, él bastante mayor que ella, nos invitaron una vez a su casa y quedé impresionada por el maltrato que él le daba. Ese día no tenían ninguna persona que los ayudara y ella hizo todo lo necesario para atendernos. Pero él se encaprichó en que quería unas servilletas especiales y detuvo la conversación y malogró el momento con su insistencia. Ella corría de un lado al otro tratando de complacerlo. No deseé volver a verlos y sentí lástima por ella y claro que me pregunté qué hacía ahí a su lado. Ahora había envejecido y se notaba que estaba enfermo. El pelo lo tenía blanco, largo, amarrado en una pequeña cola de caballo. La cara la tenía agestada, el mismo mal humor que le había conocido. ¿No cambian las personas? Un muchacho muy amable y entusiasta los acompañaba, quien sabe el hijo de ella.
-Solo falta media hora, podemos tomar un café. ¿Te duele algo? Hay que tomarte una radiografía. Todo dicho con una gran sonrisa y delicadeza. Un ángel. Que curioso, me dije, cómo se juntan las personas, tan distintas, como viven y construyen su historia y cruzan el tiempo manteniéndose unidos como sombras.
¿Tendrá él la capacidad de apreciar el regalo de esas personas en su vida? ¿Habrá dejado de exigirles y mortificarlos? ¿Tendrá momentos de ternura y comprensión? CB de R
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