miércoles, 28 de mayo de 2008

Truman Capote, el personaje






Leo un excelente cuento de Truman Capote llamado “Miriam”, inmediatamente pienso en su novela “A sangre fría” y noto que hago un gesto interior de incomodidad. La lectura de ese libro hace ya muchos años, ha dejado un sabor amargo en mí. En mi mente el escritor está en la escena de ese crimen escalofriante que acabó con los cuatro miembros de la familia Clutter, de Kansas.
¿Coloco a Truman Capote en el mismo casillero que Dick Hickock y Perry Smith los asesinos de semejante crimen? Capote se involucró de tal manera que se convirtió en uno de los protagonistas de esa truculenta historia. Hay que añadirle que aún tengo frescas las imágenes de la muy buena película “A sangre fría” dirigida por Richard Brooks y actuada por Philip Seymour Hoffman.
La primera palabra que pensé para definir a Truman Capote fue Sórdido.
El diccionario da varias definiciones de la palabra sórdido: Que tiene manchas o suciedad, impuro, indecente o escandaloso, mezquino, avariento.
¿Era Sórdido Truman? Las manchas las habría adquirido en la infancia en la que sufrió el abandono de su padre y la indiferencia de su madre. Fueron mezquinos y avarientos con él y él se pasó la vida buscando ser amado.

En el diario El Clarín, Alberto Amato dice que Truman buscaba cómplices, no lectores. También buscaba amor. Como un desesperado. Cuando se es víctima del desamor, como lo fue Capote, lo único que queda a mano es la desgracia. Y lo cita: “Mi madre no era mala conmigo; simplemente tenía otros intereses. No pasé privaciones económicas; siempre hubo dinero para mandarme a buenas escuelas y eso. Pero sufrí un total abandono emocional. Nunca sentí que perteneciera a ningún lugar."
Este escritor y periodista norteamericano, uno de los mejores, dice de sí mismo: Soy un genio. ¿Lo era? Un genio es una persona dotada con una capacidad mental extraordinaria que le permite crear o inventar cosas nuevas y admirables. Pero un genio también debe saber cuidar de sí mismo y si bien nuestro autor consigue el tan anhelado éxito y es recibido en los mejores círculos de New York (adoraba las fiestas), no consigue olvidar su desgraciada infancia y tras haber exprimido la terrible historia de aquel crimen que le fascinó, de las reuniones que tuvo con Perry, uno de los asesinos, el haber sido testigo de los ahorcamientos, se sumerge en alcohol y drogas hasta destruirse.
El último libro que escribió y que fue publicado tras su muerte se llamó “Plegarias atendidas” haciendo referencia a la frase de Santa Teresa:
“Se llora más por las plegarias atendidas que por las no atendidas”. Al talentoso escritor le fueron concedidas muchas de sus plegarias.

Uno de sus amigos, Dotson Rader, cuenta:
Truman Capote era quizás el hombre más solitario que yo haya conocido jamás, y también el más necesitado. Era famoso y al mismo tiempo muy reservado, volcado hacia el exterior y, en la misma medida, difícil de conocer, popular pero aislado. Resultaba difícil conectar con él. Era como si se encontrara en un estado de disociación, era como si saliera de sí mismo para contemplar a alguien, él, que estaba contigo. Nunca conseguías averiguar de verdad si él era el que observaba o el observado. Aunque me negué siempre a reconocerlo, incluso para mis adentros, tenía la sensación de que iba a terminar mal. Sabía además que no había forma de ayudarle. Saber eso era suficiente para hacerte pedazos el corazón.
"Estoy deseando morirme", me confesó. "Rezo por morirme. No puedo más", Y no pudo.

Entonces la otra palabra que se me ocurre para definirlo es soledad.

Frases de Truman Capote:

"Yo me contradigo todo el tiempo. Y en esas contradicciones está mi gran fuerza moral."
"Toda mi vida supe que podía tomar un puñado de palabras y que al tirarlas al aire descenderían en el sitio apropiado."

"Es como si dos diferentes personas estuvieran dentro mío. Una es notablemente inteligente, imaginativa y madura, la otra tiene catorce años."

"Si miran ambos lados de mi rostro verán que son completamente distintos. Tengo una especie de cara cambiada por otra."

“Cuando Dios nos ofrece un don, al mismo tiempo nos entrega un látigo, y éste solo tiene por finalidad la autoflagelación.”
“Entretanto aquí estoy en mi oscura demencia, absolutamente sólo con mi baraja de naipes y, desde luego, con el látigo que Dios me dio.”
"La felicidad deja huellas muy tenues. Son los días negros los que estan prolijamente documentados:

Manuel Vicent hace un muy buen perfil suyo en el diario El País en un artículo llamado: “Truman Capote: la mariposa entre las flores.”
http://www.elpais.com/articulo/narrativa/Truman/Capote/mariposa/flores/elpepuculbab/20080517elpbabnar_11/Tes

Un artículo de Rosa Montero: http://www.elpais.com/articulo/portada/Truman/Capote/pudrio/elpepusoceps/20060326elpepspor_7/Tes

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