sábado, 15 de noviembre de 2008

Desde el planeta rojo de Ray Bradbury



La semana pasada disfruté mucho con la lectura de "Crónicas marcianas" del escritor norteamericano Ray bradbury. Llevar a los terrícolas a Marte y establecer ahí una colonia  le sirve de excusa para examinar al hombre, sus malas costumbres, sus errores, para advertirnos del peligro que vivimos sin no nos decidimos a realizar algunos cambios de dirección y de miras para nuestra vida y nuestro destino. Recomiendo de corazón la lectura de estas crónicas. 


Extractos de una entrevista a Ray Bradbury probablemente uno de los dos mejores escritores de ciencia ficción, el otro es Asimov.  Son famosas sus “Crónicas marcianas”, “El hombre ilustrado”, “Fahrenheit 451”.

 

¿Para qué hemos nacido?

Para mirar todo el universo, para celebrarlo. Es sencillamente pura energía deslumbrándonos desde el increíble cosmos. Tenemos que salir a examinarlo y colonizarlo.

 

¿Qué es la vida para usted?

La vida es un don y así debemos disfrutarla. Esta es una oportunidad gloriosa. Sólo estaremos aquí una  vez.

 

¿Qué cree que estamos haciendo aquí?

Yo concluí que el universo y billones de estrellas y la Tierra están acá para que los veamos, para que seamos testigos, para conocer todo lo que se ha logrado. 
Me gusta alentar a la gente a comportarse al máximo de sus posibilidades genéticas. Yo lo he hecho. No me quedé con los brazos cruzados sin hacer anda. De modo que al final del año, después de 365 días de creación, surge una sensación de optimismo, pero no es optimismo. Uno debe inventarse a sí mismo todos los días y no sentarse a ver cómo el mundo pasa allí delante, sin que uno participe.

 

Usted dedica tiempo a alentar a jóvenes escritores. ¿Qué consejo les da?

Lo que funda toda escritura es el amor, es hacer lo que amamos y amar lo que hacemos. Yo les repito: Rodéense de personas que los quieran y si no los quieren, échenlos.

 

¿Sigue siendo igual de optimista?

¿Por qué no?  Si uno hace lo que ama es feliz.  En la vida todo es amor, Si uno ama está vivo, si crea amor, las cosas buenas forzosamente llegan.

 

La clave que propone Bradbury es simple: Vivir de modo que dejemos una huella personal, reconocible al menos para los seres queridos que nos sobrevivan. Y que cada generación legue a la siguiente el saber acumulado por las anteriores acrecentado pro sus propios hallazgos, con la esperanza de poco a poco ser algo menos estúpidos, algo menos feroces, algo menos vanos.

Y dice:

“Yo creo que al universo le falta un elemento que es el público. Nosotros hemos sido creados para admirarlo, para agradecerle; yo he sentido devoción hacia él toda la vida  e intento devolverle el milagro que me ha dado. “

 

 

Algunas frases suyas:

 

“Hay peores cosas que quemar libros, una de ellas es no leerlos”.

“Hay sólo dos cosas con las que uno se puede acostar, una persona y un libro.”

“Sin bibliotecas ¿Qué nos quedaría? No tendríamos ni pasado ni futuro.”

“Somos una imposibilidad en un universo imposible.”

“Tienes que saber cómo aceptar el rechazo y cómo rechazar la aceptación.”

 

De Crónicas marcianas: 


Dice Borges en el prólogo : Anuncia con tristeza y con desengaño la futura expanción del linaje humano sobre el planeta rojo, con ruinas de ciudades ajedrezadas y ocasos amarillos y antiguos barcos para andar por la arena.

¿Qué ha hecho este hombre de illinois me pregunto, al cerra las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen de terror y soledad?

¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y de una manera tan íntima? En este libro de apariencia fantasmagórica, Bradbury ha puesto sus lagrgos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad. 

El ser humano se ha alejado demasiado de la naturaleza 

-Sabían cómo vivir con la naturaleza, y cómo entenderla. No trataron de ser sólo hombres y no animales. Cuando apareció, Darwin cometimos ese error. Lo recibimos con los brazos abiertos y también a Huxley y a Freud, deshaciéndonos en sonrisas. Después descubrimos que no era posible conciliar las teorías de Darwin con nuestras religiones, o por lo menos así pensamos. Fuimos unos estúpidos. Quisimos derribar a Darwin, Huxley y a Freud. pero eran inconmovibles. Y entonces, como unos idiotas, intentamos destruir la religión.

»Lo conseguimos bastante bien. Perdimos nuestra fe y empezamos a preguntarnos para qué vivíamos. Si el arte no era más que la derivación de un deseo frustrado, si la religión no era más que un engaño, ¿para qué la vida? La fe había explicado siempre todas las cosas. Luego todo se fue por el vertedero, junto con Freud y Darwin.

Fuimos y somos todavía un pueblo extraviado.

-¿Y estos marcianos encontraron el camino? -preguntó el capitán.

-Sí. En Marte aprendieron a combinar ciencia y religión para que funcionaran juntas, y se enriquecieran así mutuamente, sin contradecirse.

-Una solución ideal.

-Así es. Me gustaría mostrarle cómo lo hicieron. [...] Los marcianos descubrieron el secreto de la vida entre los animales. El animal no discute su vida, vive. No tiene otra razón de vivir que la vida. Ama la vida y disfruta de la vida. Observe la estatuaria; cómo los símbolos animales se repiten una y otra vez.

-Parece algo pagano.

-Al contrario, son símbolos divinos, símbolos de vida. También en Marte el hombre había llegado a ser demasiado humano, y no bastante animal. Los hombres de Marte comprendieron que si querían sobrevivir tenían que dejar de preguntarse de una vez por todas: «¿Para qué vivir?» La respuesta era la vida misma. La vida era la propagación de más vida, y vivir la mejor vida posible. Los marcianos comprendieron que se preguntaban «¿Para qué vivir?» en la culminación de algún período de guerra y desesperanza, cuando no había respuestas. Pero cuando la civilización se tranquiliza y calla, y la guerra termina, la pregunta se convierte en insensata de un modo nuevo. La vida es buena entonces, y las discusiones son inútiles.

-Me parece que los marcianos eran bastante ingenuos.

-Sólo cuando les convenía. Renunciaron a empeñarse en destruirlo todo, humillarlo todo. Combinaron religión, arte y ciencia, pues en verdad la ciencia no es más que la investigación de un milagro inexplicable, y el arte, la interpretación de ese milagro. No permitieron que la ciencia aplastara la belleza. Se trata simplemente de una cuestión de grados. Un hombre de la Tierra piensa: «En ese cuadro no hay realmente color. Un físico puede probar que el color es sólo una forma de la materia, un reflejo de la luz, no la realidad misma». Un marciano, mucho más inteligente, diría: «Este cuadro es hermoso. Nació de la mano y la mente de un hombre inspirado. El tema y los colores vienen de la vida. Es una cosa buena».

Música para celebrar el universo:  
 Triple Concerto de Beethoven, conduce Rabinovitch-Barakovsky, interpretan Maisky, Argerich and Capuçon 

4 comentarios:

  1. Gracias, Ce; me encanta el blog y lo leo con atención. Y sí, siempre me deja algo bueno que me ilumina. El concierto y los poemas de Carver me encantaron.

    Graciela

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  2. Querida Ceci,

    Tengo en mis manos un ejemplar de un libro de Michele Goslar sobre Margherite Yourcenar titulado "QUé aburrido hubiera sido ser feliz," del que me habló maravillas. Un beso y gracias por tu lindo blog. Leonie.

    También recomiendo "Con los ojos abiertos" de GALEY, MATTHIEU un libro de entrevistas a Margharite, esa fabulosa escritora. Ce

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  3. NO SABIA DE LO DE MAKEBA
    QUE ARTISTAAAAAAAAAAAAAAAA
    Beba

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  4. Gracias Ceci, siempre es muy interesante lo que envías. Hoy leí que murió Laura Riesco, de Ximena dos caminos, un libro que disruté mucho. Impresionadísimia con tu cuento que nos leyó Marti en el grupo de Regi.

    Un abrazo
    Chiqui

    Acabo de buscar la noticia, veo que apareció en El Comercio. Debe haber sido algo sorpresivo, no sabía que estuviese enferma. Es una pena, era una escritora joven. Ce

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Tu comentario es de gran utilidad para para Abraelazuldelcielo. Ce.