domingo, 1 de junio de 2014

Comprando un libro


Siempre comento que en Santiago de Compostela y en Medellín, conocí a dos excelentes libreros. Eran librerías pequeñitas y quienes me atendían eran los mismos dueños que tenían verdadero amor por sus libros y se conocían al revés y al derec...ho su stock de libros. Ahora en las grandes cadenas de librerías, los dueños no están y quienes te atienden normalmente no te saben informar. Uno busca personas que te atiendan con dedicación, que conozcan el producto que venden: los libros y que si escuchan que te gusta un autor pues te recomienden alguien parecido o alguno que ellos creen que te gustará. Ya he comentado que en la librería Communitas, de 2 de mayo en San Isidro, hay un muchacho que sabe mucho y con el que es muy agradable tratar. Igual nos pasó anoche en la librería Ibero de Larco en donde una chica que se llama Magenda nos atendió con simpatía y sabiduría. Claro que Mario y yo salimos cada cual con su libro y encima con otros apuntados para regresar a comprarle. Felicitar a Magenda y a Ibero por contratar vendedoras de calidad. Fue un placer conversar con ella.
También nos dio gusto ver la transformación de la calle Bonilla, que tiene cafés, lugares para tomar un trago, y restaurantes. Parece que la calle será pronto un punto al que todos queramos visitar. Yo compré unos cuentos de Roberto Bolaño y Mario "El anciano que voló por la ventana" , que parece muy divertido.


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