Los poemas elegidos
ANTONIO ORTEGA Babelia El Pais
Poesía. Hace tiempo que la obra de Carlos Germán Belli (Lima, 1927) es
reconocida como una de las más significativas de la poesía contemporánea.
Instaura un lenguaje nuevo y orgánico, sin parangón ni antecedente en las
poéticas de su tiempo. Su angustia existencial, el amor y una esperanzada
mirada, se expresan en una escritura ardientemente física. Su originalidad nace
de una alquimia verbal que, a medio camino de la experimentación vanguardista,
se apropia de la tradición de la poesía clásica para afirmar en excelente
calco, pues "en resumidas cuentas es igual / plagiar el ayer o plagiar el
hoy", los dones y desasosiegos del ser humano. Con ironía y sarcasmo se
enfrenta al malestar del hombre contemporáneo que, explotado y marginado,
sumido en la condición vegetativa de la existencia, protesta por su condición
frente a árbitros inaccesibles, "entre el suelo y el elevado cielo".
El trabajo alienante, la fatiga y la rutina, la apelación platónica a la
liberación cibernética, la degradación del universo, son referentes centrales
de un mundo poético que, junto a las metáforas obsesivas y reiteradas de su
imaginería verbal, son símbolo de una humanidad extenuada. Es en este lenguaje
sabiamente dislocado, que el poeta ha descrito como un "híbrido textual deliberado",
combinación de estrofas y formas tradicionales manipuladas por la cotidianeidad
del habla, que su concepción vital adquiere un rostro reconocible: "Sí
juntos no nacimos en el agua, / juntos sí nos enlazarán los fuegos / de las
redes de eléctricos mil hilos / conectados al cabo de las cuerdas, / que nos
sostienen a ambos en el aire, / como al planeta de celestes cintas". Una
misteriosa semántica multiplicada en intertextualidades y mundos paralelos,
gracias a un poderoso arsenal métrico y retórico, al uso de un léxico
arcaizante que no es incompatible con el empleo de una terminología tecnológica
y científica que da cabida a genes, átomos y robots, al bolo alimenticio o al
hada cibernética, en un mundo "ayer, hoy y mañana igual". Francisco
José Cruz ofrece, en Los poemas elegidos, una
selección personal que, teniendo en cuenta reiteraciones y correspondencias,
muestra la variedad formal y temática de una obra tan coherente y fascinante
como la de Belli. Al lector le queda la promesa de una meta anunciada, los
sobresaltos de una lectura en la que reconocemos nuestra propia indigencia
histórica, pues "la escritura se cuaja entre los linos, / o sensitiva va /
como ligeros céfiros girando, / u ondas de pez o nave, / y todo el universo es
un gran lecho,/ donde se escribe y el amor se hace".
Acción de Gracias
No, no sé bien si me veré en los altos
de una farmacia frente al Mar del Sur,
en una noche de Setiembre tibio;
en cambio amanecido a las orillas
de una laguna en medio del desierto,
exactamente nueve meses antes
(que Huacachina así se llama el punto);
no se cual sera la visión postrera,
pero si estoy seguro que me iré
dandote, madre mía, eternas gracias
por haberme alumbrado en este mundo,
que aunque no hubiera sido un ser humano,
Si no piedra, o pescado, o vegetal,
ser tu vástago me bastara a mí.
de una farmacia frente al Mar del Sur,
en una noche de Setiembre tibio;
en cambio amanecido a las orillas
de una laguna en medio del desierto,
exactamente nueve meses antes
(que Huacachina así se llama el punto);
no se cual sera la visión postrera,
pero si estoy seguro que me iré
dandote, madre mía, eternas gracias
por haberme alumbrado en este mundo,
que aunque no hubiera sido un ser humano,
Si no piedra, o pescado, o vegetal,
ser tu vástago me bastara a mí.
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