sábado, 23 de abril de 2011

Un pianista francés

de una entrevista al Pianista JEAN YVES THIBAUDET

Me han comentado que usted ofrece, incluso desinteresadamente, masterclasses. ¿A qué se debe esa necesidad de transmitir sus conocimientos?

Creo que es muy importante y pienso que no lo hago tanto como me gustaría. A veces cuando toco en una ciudad me piden que dé una masterclass y siempre digo que sí porque: primeramente me divierto mucho dando clases; me obliga a escuchar tocar a los demás; a veces los alumnos te preguntan cosas muy interesantes que no te cuestionarías de otra manera. En ese momento tienes que preguntarte a ti mismo cómo lo harías y luego debes intentar explicarlo. Para mí este proceso es muy enriquecedor.

Y además no cobra por ello, lo cual dice mucho de usted...

Tuve un gran ejemplo en Ciccolini, el cual nunca cobró ni un duro por sus clases. Él decía que tenía una buena vida porque ganaba bastante dinero tocando y lo hacía porque quería. Creo que es algo totalmente normal porque el piano es como un premio que tienes que devolver a la gente. También he aprendido lecciones que no tienen precio de Madam Descaves, la cual conoció a Ravel, Fauré, etc. ¡Incluso me indicaba los fallos en las partituras! Mucha gente de esa generación están muertos, por lo que los que fuimos alumnos como yo tenemos que conservar la tradición, porque si no lo hacemos nosotros nadie lo hará.
¿Piensa usted que Satie ha permanecido olvidado o marginado en los repertorios?

Sí, estoy totalmente de acuerdo.

¿A qué se debe?

Realmente no lo sé. Incluso en su época cuando estaba componiendo no era reconocido. No era respetado como Debussy; Debussy era un Dios. Además no ganaba mucho dinero, era bastante pobre. Nunca tuvo éxito. Hasta que Ciccolini no tocó sus piezas, Satie apenas se tocaba; posteriormente desapareció de nuevo, y ahora parece que empieza a tocarse. Es bastante extraño porque para mí es un genio. Era muy moderno, incluso más que Debussy. Era un innovador: sus armonías, su estilo, la forma, etc. Él inventó el minimalismo, tal y como dijo John Cage.

Incluso pienso que el Jazz ha sido muy influenciado por Satie. Para mí, Bill Evans tiene muchos toques de Satie, sobre todo en sus armonías. Grabé un disco de Satie precisamente por su conexión con Bill Evans. Satie fue un hombre muy excéntrico, un poco loco. Su música es muy atmosférica, perfecta para el cine. La gente no conoce su música, sólo conocen dos o tres piezas. Incluso para mí fue un gran descubrimiento. Es increíble la variedad de su música: algunas son muy lentas y otras son rápidas.

También puede ser que se le haya marginado porque fue un compositor que rompió las reglas, se rio de todo y de sí mismo y no respeto ninguno de los conceptos tradicionales de la música. Era de otro planeta.
Sabemos que ama el Jazz y especialmente la música de Bill Evans. ¿En qué piensa que esta música puede ayudar a la música clásica?

Pienso que el Jazz puede servir muchísimo a la música clásica. Los músicos suelen olvidarse del Jazz y minusvalorarlo. El Jazz es tan importante como la música clásica. Para mí los compositores como Bill Evans y Duke Ellington son grandes compositores como Ravel o cualquier otro nombre clásico. En el siglo XIX y anteriormente no existía el Jazz y no había distinciones entre los tipos de música. Chopin o Liszt en sus días eran tan populares como lo es actualmente Michael Jackson. Toda la música viene de lo popular y del folklore. Las distinciones actuales entre el Jazz, el Pop y la música clásica son la cosa más estúpida del mundo. Para mí la música es un concepto muy amplio que lo engloba todo: música del Brasil, tangos, y cualquier forma de expresión musical que exista. Está claro que algunas son buenas y otras son malas. Pero las que son buenas lo son independientemente de estas absurdas clasificaciones.
Ha renunciado a muchas cosas por llevar la vida que lleva usted ahora?

No tengo familia y es difícil mantener relaciones y amistades. Sin embargo, creo que no podría llevar otra vida diferente. Me encanta mi vida, conozco sitios nuevos y gente muy diferente continuamente. Mi vida es un poco bohemia y me divierte. Es cierto que tengo algunos sacrificios y mucha disciplina. Tengo que tener mucho cuidado: en cuanto noto que mi nivel baja me pongo a practicar. Actualmente estudio mucho más de lo que he estudiado nunca. Cada día toco más.

¿Cuántas horas toca a diario?

Depende. Si estoy en París y dispongo de tiempo, puedo estar perfectamente 6, 7 ó 8 horas sentado al piano. Se me pasan en un plis-plas.


Su maestroAldo Ciccolini:






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