sábado, 18 de junio de 2011

Vincere

Esta semana me tocó ver dos películas en donde la mujer enloquece de amor por un hombre y a pesar de ser despreciada, golpeada, olvidada, ella insiste y desea recuperar su antiguo, aunque ahora doloroso amor.
Un viaje llamado amor nos contó la vida de Sibilla Aleramo cuando ella conoció y amó al poeta Dino Campana con el que tuvo una apasionada y terrible historia de amor.
Y Vincere nos cuenta los amores de Benito Mussolini con Ida Dalser, compañeros de lucha política, se casan, tienen un hijo, ella le da todo su dinero para que él haga un periódico para ser luego abandonada, negada, destruida por él, lo mismo que su hijo. Las dos películas formaron parte de las jornadas del cine italiano de la filmoteca del PUC.



2 comentarios:

  1. No ví las películas italianas que mencionas en tu blog. Pero en mi opinión, la primera protagonista es uma mujer valiente, apasionada por lo que más desea. ¿ O acaso no hacemos lo mismo con nuestros intereses a pesar de las limitaciones, fracasos y caidas?.
    Con respecto a la segunda, es más sofisticada su interpretación, pero igual arriesgo mi opinión. El abandono amoroso, está relacionado con el propio abandono.
    ¿Nunca has llegado a pensar que de pronto se entrega todo para que luego te dejen en paz aunque te mueras de hambre, soledad, desprecio etc.? Pero ojala no haya entregado su dignidad, que es lo único que importa.
    También pienso que Ida se hartó del fascita y de sus prácticas amatorias. Un favor histórico le hizo el indigno Duce a esa mujer e hijo.
    Ce, somos extraños. Prefiero mujeres jugadas aunque fracasen (según el argumento que tan bien describes)a los panes con queso.
    tu admirador cayman

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  2. Querido Caimancito:
    Tienes mucha razón en lo de jugarse. Pero ¿enloquecer de amor? ¿No es eso demasiado? Una y otra vez rechazada, destruido tu sueño, rota tu esperanza. ¿Estaremos construidas de esa forma, como tu dices la de entregar todo para quedarte luego con nada? No suena lógico, claro que el pan con queso no es opción, aunque me encanta el pan con queso. Tal vez haya un intercambio de roles. La mujer que es receptora se convierte en avasalladora y sale trasquilada. La mujer del fascista y el hijo terminaron en el manicomio, locos, furiosos por no haber encontrado un amor que creían merecer. ¿Morir de amor? Demasiado romántico hasta para una romántica como yo. Cariños, Ce

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