viernes, 18 de abril de 2008

Gioconda Belli no se arrepiente












No me arrepiento de nada

Desde la mujer que soy,

a veces me da por contemplar

aquellas que pude haber sido;

las mujeres primorosas,hacendosas, buenas esposas,

dechado de virtudes,que deseara mi madre.

No sé por quéla vida entera he pasado

rebelándome contra ellas.

Odio sus amenazas en mi cuerpo.

La culpa que sus vidas impecables,

por extraño maleficio,me inspiran.

Reniego de sus buenos oficios;

de los llantos a escondidas del esposo,

del pudor de su desnudez

bajo la planchada y almidonada ropa interior.

Estas mujeres, sin embargo,

me miran desde el interior de los espejos,

levantan su dedo acusador

y, a veces, cedo a sus miradas de reproche

y quiero ganarme la aceptación universal,

ser la "niña buena", la "mujer decente"

la Gioconda irreprochable.

Sacarme diez en conducta

con el partido, el estado, las amistades,

mi familia, mis hijos y todos los demás seres

que abundantes pueblan este mundo nuestro.

En esta contradicción inevitable

entre lo que debió haber sido y lo que es,

he librado numerosas batallas mortales,

batallas a mordiscos de ellas contra mí

-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-

transgrediendo maternos mandamientos,

desgarro adolorida y a trompiconesa las mujeres internas

que, desde la infancia, me retuercen los ojos

porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,

porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,

que se enamora como alma en pena

de causas justas, hombres hermosos,

y palabras juguetonas.

Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,

e hice el amor sobre escritorios-en horas de oficina-

y rompí lazos inviolables

y me atreví a gozarel cuerpo sano y sinuoso

con que los genes de todos mis ancestros

me dotaron.

No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.

No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.

Pero en los pozos oscuros en que me hundo,

cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,

siento las lágrimas pujando;

veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,

blandiendo condenas contra mi felicidad.I

mpertérritas niñas buenas me circundan

y danzan sus canciones infantiles contra mí

contra esta mujer

hecha y derecha,

plena.

Esta mujer de pechos en pecho

y caderas anchas

que, por mi madre y contra ella,me gusta ser.

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Ni el bien que me han hecho, ni el mal

Todo eso me da lo mismo

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Está pagado, barrido, olvidado

Me da lo mismo el pasado

Con mis recuerdos

Yo prendí el fuego

Mis tristezas, mis placeres

Ya no tengo necesidad de ellos

Barridos mis amores

con sus trémolos

barridos para siempre

Vuevo a partir de cero

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Ni el bien que me han hecho, ni el mal

Todo eso me da lo mismo

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Pues mi vida

mis alegrías

hoy
comienzan contigo... Gioconda Belli

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario es de gran utilidad para para Abraelazuldelcielo. Ce.