viernes, 21 de febrero de 2014

Lágrimas, mariposas y tortugas

Salió la noticia en el periódico y me emocionó como cada vez que descubro algún mágico misterio de la naturaleza. Que las mariposas beban las lágrimas de las tortugas me parece que puede inspirar a  hacer un hermoso dibujo, un bello cuento o simplemente imaginar la delicadeza de las mariposas y el contraste con la tortuga animal  tan antiguo y de cabeza de anfibio. No podríamos imaginar a la tortuga bebiendo las lágrimas de las mariposas. Sería absurdo y desproporcionado.
 
 
 
 
 
Difícilmente podríamos dudar de la perfección del engranaje que organiza el mundo natural. Pero más allá de su impecable diseño, lo cierto es que la naturaleza no se contenta con ser impecable, sino que lleva sus cualidades al mundo de la estética, la más bella de todas, e incluso coquetea con la poesía pura.
Ejemplo de lo anterior es un peculiar fenómeno que se ha documentado en la selva del Amazonas. Se trata de una fuente de nutrientes a la que abejas y en particular mariposas recurren: las lágrimas de las tortugas. De acuerdo con Phil Torres, miembro del Centro de Investigación Tambopata, con sede en Perú, las lágrimas de las tortugas contienen altos niveles de sodio, un mineral vital y que no abunda en la región amazónica.
Las tortugas obtienen grandes cantidades de sodio gracias a su dieta fundamentalmente carnívora, mientras que para los herbívoros la obtención de esta esencial sustancia resulta mucho más difícil. Además, no se descarta que las lágrimas contengan otros preciados nutrientes, que enriquezcan la dieta de los insectos. Y si bien aún no se determina si las tortugas obtienen algún beneficio de dicha  interacción –más allá de bloquear su vista y hacerlas presa fácil de los fotógrafos–, lo cierto es que bien podría tratarse de una de las más estéticas manifestaciones de simbiosis. Twitter del autor: @ParadoxeParadis

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