Farrokhzad, Forough , poeta iraní
Hundiré en el jardín mis manos,
germinarán, lo sé, lo sé, lo sé,
y las golondrinas pondrán sus huevos
entre mis dedos sucios de tinta.
Colgaré de mis orejas dos cerezas
rojas, gemelas,
y pegaré en mis uñas pétalos de dalia.
Hay un callejón donde los chicos
que me amaron hace tiempo,
con los mismos cabellos revueltos,
cuellos finos
y piernas delgadas,
piensan en la sonrisa inocente
de una niña que una noche
se llevó el viento.
Hay un callejón
que mi corazón ha robado
a los barrios de la infancia.
Viaje corporal por la línea del tiempo
con un cuerpo que fecunda
la línea del tiempo,
el cuerpo de una imagen que se piensa
que vuelve de la fiesta en un espejo.
Así es como alguien muere
y alguien se queda.
Ningún pescador puede
encontrar ninguna perla
en un arroyo humilde,
arroyo que desemboca
en una charca.
Sé de un ágel pequeño y triste
que vive en el mar
y toca su corazón
con un ney de madera lentamente.
Un ángel pequeño y triste
que muere de noche
por un beso
y nace al amanecer
también por un beso.
Muchas gracias Cecilia!!! Mónica
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