"Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos".
Madrugada
Desnudo soñado una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.
Desnudo soñado una noche solar.
He yacido días animales.
El viento y la lluvia me borraron
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.
Quién alumbraCuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
“Nada más peligroso, / cuando se necesita ayuda, / que recibir ayuda”.
Diario de Alejandra Pizarnik 22/8/55
¿Por qué no me ubico en un lugarcito tranquilo y
me caso y tengo hijos y voy al cine, a una confitería, al teatro? ¿Por qué
sufro y me martirizo con los espectros de mi fantasía? ¿Por qué insito en el
llamado? ¿Por qué me analizo? ¿Por qué no me olvido de mi alma y no estrujo el
pañuelito húmedo leyendo Cuerpos y almas? ¿Por qué no me visto con
elegancia y paseo por Santa Fe del brazo de mi novio? ¡Ah! Sé que la vida es
muy breve. Sé que no soy eterna. Pero, en realidad, no veo la muerte. La veo
lejana. Digo cuarenta años pero no los veo. Veo un espacio inmenso. Veo
millares de días. Sé que hay tiempo. Sé que tengo tiempo. Sé que amo mi alma.
Me amo a mí. Amo mi cuerpo y lo besaría todo porque es mío. Amo mi rostro tan
desconocido y extraño. Amo mis ojos sorprendentes. Amo mis manos infantiles.
Amo mi letra tan clara. (¡Qué extraño que mi letra sea legible!)
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
mi temor palabras, poemas.
Sólo tú haces de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.
“Una flor/ no lejos de la noche/ mi cuerpo mudo/ se abre/ a la delicada urgencia del rocío.” (Amantes, de Los trabajos y las noches, 1965).
“Mi cuerpo mudo / se abre / a la delicada urgencia del rocío”;
“Nada más peligroso, / cuando se necesita ayuda, / que recibir ayuda”.
Diario de Alejandra Pizarnik 22/8/55
Cuando iba camino hacia la escuela, un soplo de
esperanza me inundó. Me vi caminando, sintiendo, mirando y me dije: ¡Soy feliz
porque estoy viva! ¡Soy feliz de poder caminar y desplazarme hacia donde
quiero! ¡Soy feliz porque no estoy muerta, porque soy joven, porque crearé
belleza, porque debo a la vida mucho, porque siento que me llama algo muy
grande!
Es muy tarde. Estoy excitada. Deseo un cuerpo
junto al mío. ¡Cualquiera! Cualquier sexo, cualquier edad. ¡Eso es lo de menos!
Basta un cuerpo a quien tocar y que me toque. ¡Mi sangre galopa! ¡Ah! Deseo
ferviente. Me disuelvo en deseos eróticos. Nada de amor. No. Nada de eso. ¡Sí!
Lo que yo quisiera es vivir mi vida diurna entre libros y papeles y pasar las
noches junto a un cuerpo. Ése es mi ideal. ¿Es lascivo? ¿Es lujurioso? ¿Es
estúpido? ¿Es imposible? ¡¡¡Es mío!!! Y con eso basta. Pero, ¿dónde conseguir
ese ser? Tendría que ser alguien como yo, que desee lo mismo que yo. ¡No
existe! ¡Sé que no existe! Mi locura es única. ¡Mi originalidad! ¡Mi
extremismo! ¿Qué será de mí? ¡No lo sé! ¡Sólo sé que no puedo más! ¡Que me
muero de impotencia!
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