domingo, 10 de julio de 2011

Una bailarina griega en Lima



El periódico anunciaba una única función de Nina Dipla, bailarina griega, de su relación con la magnífica Pina Bausch, de su deseo de girar inspirada en las danzas de los derviches de Turquía y que basaba su espectaculo en un poema de Rumi. Suficientes elementos para que me movilizara, llamara a dos queridas amigas y me dispusiera a ir. Cuando llegué a la Alianza francesa a comprar las entradas quedaba una sola. Me la compré para mí, avisé a mis amigas con pena pero no había otra cosa que hacer. Esperé el tiempo necesario para ver desde el último sitio este ballet moderno. La sala estaba llena de jóvenes, muchos de ellos bailarines que al término de la danza, le preguntaron a Nina,ya cambiada, encantadora, algunas cosas que podría servirles para entender un poco más lo que habíamos visto o para sus propios proyectos. Ella habló de su búsqueda de la simplicidad, de su no preocupación por la estética, dijo que para llegar a un punto tenemos que ir al punto contrario, prepararnos para poder llegar. Habló también de su necesidad de ser concreta y no perderse. Cuelgo un video de una parte de lo que vi esta noche. Y leo el poema de Rumi, lo leo detenidamente.

A veces caigo en los mares,
en olas furiosas yo sobrevuelo
y caigo en manos de los ignorantes
que me compran por nada

A veces yo resurjo a través de los cielos
y me convierto en la rueda del destino
A veces me colmo de luna
a veces giro como el sol.

A veces escalo el monte Arafat y grito "aqui estoy",
y me descubro.
A veces reeplazo el cordero sacrificial
y dejo moler mi carne.

A veces soy sufí en el conventi,
A veces soy pescador en la taberna.
A veces soy un bailarín
y me arremolino en la danza circular
a veces me convierto en Saz* y me dejo tocar.

A veces prudente, a veces impetuoso,
en la multitud me confundo.
A veces un señor, a veces un halcón real,
Yo cazo y soy casado.

A veces océano, a veces lago,
A veces un sultán, a veces esclavo,
a veces primavera, a veces rosa,
soltando pétalos de mano en mano.

No existe libertad alguna
ni lugar donde detenerse
ni cuerpo ni ser humano.
Finalmente, aparte de ser Dios, nada existe.
Por eso dime, ¿Por qué estoy girando?
* instrumento musical.

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