domingo, 10 de noviembre de 2013

El mandarín, hermoso poema de Marco Martos




El mandarín, en su víspera

Más que la enfermedad que lo acompaña como una sombra,
son los demás los que le avisan al mandarín de su muerte:
-¿Quién se hará cargo de la escuela de Xilografía?
-¿Quién pintará los aguafuertes?
- El papel de pólvora ¿quién lo fabricará?
-¿Cómo encenderemos nuestros castillos de fuegos artificiales?
- Lo ignoro, como lo ignoran todos los mandarines de la corte.
-¡Quédate con nosotros!
-Aunque lo quisiera, no podría.
Me parezco al polvo a orillas de las aguas del tiempo.
Tengo que transcurrir, irme.
Mezclarme con las corrientes del río Amarillo
y tal vez mañana volver en el canto de un pájaro
o en el silencio absoluto de una noche de estrellas.

Le comento: Creo en esa transformación tras la muerte y qué bellamente descrita.

3 comentarios:

  1. Qué ilusión, cuántas cosas interesantes para ver!!! Gracias Ceci!!! Carola

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  2. Estimada Cecilia, un saludo muy cordial y mi gratitud por lo que haces con mi poema. Suerte en tu trabajo literario. Marco Martos.

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  3. Ceci, gracias por el poema de Marcos y los anhelos de Margarite... (hasta allí llegué hoy)
    son bálsamo y realidad pura

    Un beso

    Mari

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